AGENCIA
Nacional.- Xóchitl Gálvez, virtual candidata presidencial del Frente Amplio por México, aseguró este jueves que en caso de ganar la presidencia de México buscará implementar una reforma a Petróleos Mexicanos (Pemex), para que la inversión privada pueda participar en el sector energético y así impulsar las energías renovables.
La todavía Senadora dijo que no buscará privatizar a Pemex, pero sí abrir camino a privados; aseguró que respeta a Petrobras, empresa petrolera brasileña semipública.
También dijo que México no tiene los recursos para transformar su sector energético y su economía, por lo que se debe acoger a la inversión privada.
Acusó que las empresas del Estado en el país “son pésimas para administrar el dinero mexicano y para ser productivas”.
Y adelantó que sus oponentes políticos la criticarán si impulsa la reforma, pero afirmó que no le importa porque “quiere defender al planeta”.
La reforma de Gálvez sería contraría a lo impulsado por el gobierno de AMLO, quien ha buscado aumentar la producción de petróleo en México con la construcción de la refinería Dos Bocas, obra criticada por la senadora.
El pasado 3 de septiembre, Gálvez recibió su constancia como coordinadora del Frente Amplio por México por parte del comité organizador en un evento organizado en el Ángel de la Independencia, en la Ciudad de México.
Con ello, se convirtió en la próxima candidata presidencial de la oposición una vez que comiencen los tiempos de precampaña y campañas electorales.
Gálvez se disputará la presidencia de México con Claudia Sheinbuam, quien ganó la encuesta interna de Morena y fue designada como coordinadora de los Comités de Defensa de la Cuarta Transformación.
Y tiene razón, tanto que Pemex está quebrada, pero le siguen hechando dinero bueno al malo ¡y cómo no si de allí se lo roban!
Muchas instituciones son rentables únicamente quiten la corrupción, pero de verdad no con simulacion, no vayan a lo mismo que pensaba el PAN de que privatizar las instituciones era lo mejor para el estado, pongan personas leales y con principios y esto va de la mano con la educación.
Las empresas no son pésimas, los pésimos son los políticos que ponen a gente sin preparación o que en lugar de pensar en el bien de la empresa están pensando dónde encontrar trabajo los próximos seis años; se debe reformar la compañía sí, dando certeza laboral al director.
El problema no es la administración, son los sindicatos que usan su militancia como moneda de cambio ante el poder político, lo mismo pasa con los maestros, hay muy buenos maestros en México, pero un pésimo sindicato.