La investigación sobre la evolución del ser humano ha arrojado luz sobre el origen del hombre a partir de primates, y una de las incógnitas resueltas es la forma en que el hombre primitivo elaboró sus primeras herramientas para sobrevivir en un medio hostil.
Un emocionante hallazgo reciente demuestra que incluso en la antigüedad, las conexiones con el espacio eran notables. Un equipo de investigadores ha descubierto que una punta de flecha con una antigüedad de 3 mil años, encontrada en Suiza, estaba hecha de meteorito, lo que demuestra que las “armas extraterrestres” no están confinadas solo al mundo de la ciencia ficción en el cine.
Los autores del estudio, que será publicado en la edición de septiembre de la revista Journal of Archaeological Science, explican: “Se ha identificado un único objeto de hierro meteorítico”. Aunque herramientas compuestas de rocas espaciales se han encontrado antes, son extremadamente raras. Según los arqueólogos, esta es la tercera vez que se descubre un artefacto de origen meteorítico en Europa central y occidental.
La punta de flecha extraterrestre, que se remonta a la Edad de Bronce (800-900 a.C.), fue uno de varios proyectiles que se descubrieron en el siglo XIX en el sitio arqueológico de Mörigen, ubicado junto al lago de Biel. Durante años, el artefacto antiguo se encontraba en exhibición en el Museo Histórico de Berna, Suiza, sin conocer su verdadero origen.
Los investigadores analizaron la composición meteorítica del proyectil, una aleación de hierro, níquel y aluminio, utilizando microscopios electrónicos, rayos X y radiaciones de alta energía. Luego, compararon los datos con muestras de rocas espaciales conocidas, confirmando su origen intergaláctico.
Basándose en la composición química, los científicos postularon que el hierro provino del meteorito Kaalijarv, que impactó la Tierra en la actual Estonia alrededor del año 1500 a.C. Los fragmentos astillados del meteorito fueron utilizados para fabricar armas de guerra y otros artefactos durante la Edad de Bronce, mucho antes de que se desarrollara la técnica de fundición del hierro.
En realidad, antes del advenimiento de la Edad de Hierro, las civilizaciones antiguas empleaban el hierro meteórico para confeccionar joyas, armas y figuras en todo el mundo, desde Groenlandia hasta Canadá y hasta China. Este descubrimiento añade un nuevo matiz a la habilidad del ser humano primitivo para aprovechar los recursos cósmicos en su lucha por sobrevivir en un entorno desafiante.
