AGENCIA
EEUU.- El príncipe Harry y Meghan Markle, duques de Suxxes, están separados temporalmente desde hace varias semanas, con altas probabilidades de divorcio, de acuerdo con información de varios medios ingleses.
La pareja real atraviesa por una crisis derivada de cuestiones económicas, familiares y profesionales, indicaron los portales RadarOnline, Page Six y DeuxMoi.
El duque y la duquesa de Sussex se encuentran separados, cada uno enfocado en proyectos personales, con la intención de reconstruir su vínculo y evitar el divorcio, pero informan que dicha estrategia no va del todo bien.
Todo parece indicar que, en lo personal, Enrique no se siente cómodo dentro del ambiente hollywoodense en que Meghan se desenvuelve; por su parte Meghan fue acusada de fraude por la periodista Allison Yarrow.
Yarrow indicó que la entrevista publicada por el podcast “Archetypes”, con la duquesa como conductora principal, donde presuntamente Meghan Markle la entrevistó, es falsa; asegura que la duquesa no habló con ella y que fue la productora Farrah Safari quien llevó a cabo el trabajo. Acusó a Markle de editar sus podcasts para fingir que ella es quien mantiene las conversaciones.
Enrique de Sussex se encuentra trabajando con Netflix, elaborando documentales en África, lugar en el que menciona sentirse como en casa.
Aunado a esto, también viven una crisis económica, ya que según el portal DeuxMoi, la pareja vendió la mansión donde radicaban, valuada en 14 millones de dólares, ubicada en Montecito, California, pues les resultaba bastante complicado financiar su lujoso estilo de vida.
“Los Sussex están bajo una tremenda presión financiera para financiar su lujoso estilo de vida en California, incluida su mansión de 14 millones (de dólares) y los enormes costos de seguridad. Es probable que ese estrés, junto con sus problemas emocionales, haya convertido la vida en un infierno”, informó el medio anglosajón.
Además, la duquesa solicitó la custodia de los hijos de ambos, Archie y Lilibet, además de presentar una demanda de divorcio, donde pide 80 millones de dólares para sellar el acuerdo y mantener a los infantes en Estados Unidos, junto con ella.
Fuentes cercanas a la corona inglesa revelaron que el actual rey de aquel país, Carlos III, se encuentra interesado por apoyar a su hijo menor en el proceso de divorcio, con la intención de proteger su fortuna y conservar a sus nietos junto con él en el Reino Unido.