Londres.- El primer ministro británico, David Cameron, anunció ayer un endurecimiento de las leyes antiterroristas, que darán poderes temporales a la policía para confiscar pasaportes a sospechosos de terrorismo, en respuesta al auge yihadista.
En una comparecencia en la Cámara de los Comunes, Cameron detalló una serie de medidas contra la amenaza que suponen los yihadistas de origen británico que combaten en Siria e Irak, medidas que incluyen, entre otras, la posibilidad de que la policía fronteriza confisque los pasaportes de sospechosos de terrorismo.
Además, las aerolíneas deberán otorgar las listas de sus pasajeros a las autoridades británicas con tiempo suficiente para identificar a posibles extremistas y se intentará que los que hayan viajado al extranjero no vuelvan al país.
Señaló que la amenaza que supone “la barbarie” del grupo radical Estado Islámico (EI) precisa “una firme respuesta” con dos objetivos: evitar que los posibles extremistas viajen al extranjero, pero también actuar contra los que se encuentran dentro del país y suponen “un riesgo actual”.
Las autoridades tendrán además nuevos poderes para impulsar una serie de medidas preventivas que permitirán restringir la libertad de movimiento.
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