De la Redacción
El Buen Tono
Huatusco.- Las autoridades de este municipio, Coscomatepec, Tomatlán y Calcahualco, son omisas ante la deforestación que se registra en el parque Nacional Pico de Orizaba, y en sus territorios, lo que también es corrupción, acusaron ambientalistas.
Manifestaron que simulan campañas de reforestación, a fin de justificar gastos, favorecer con la compra de especies a sus conocidos, pero nunca se ocupan de cuidar que los árboles se desarrollen debidamente.
“Argumentan que con ello contribuyen a contrarrestar los efectos del cambio climático, pero un ejemplar necesita varios años para crecer. Lo que deben hacer es frenar la tala que existe en su territorio”, expresaron.
Acusaron que, en sus declaraciones, los ediles hablan de visibilizar la emergencia que afronta el planeta, “es una contradicción, quieren más evidencias que los camiones cargados con cajas de madera que salen todos los días de la región o la “ola de calor” que recién padecimos”.
Lamentaron tener autoridades municipales como el presidente de Huatusco, Ventura Demuner Torres; el de Coscomatepec, José Luis Alonso Juárez “Faroles”; Calcahualco, Guadalupe Carrillo Vázquez; y Toma-tlán, Antonio Flores Cancino, a quienes sólo les importa tomarse la foto plantando un árbol, pero permiten que delincuentes sigan arrasando con los recursos forestales que hay en la región.
“Los pobladores deberían reclamarles por esa actitud en lugar de ir a sus eventos y aplaudirles”, consideraron las fuentes.
Destacaron que la escasez de agua que se registra actualmente es consecuencia de la tala inmoderada que permiten autoridades de los tres niveles de gobierno.
Exigen trabajo a los ediles
Las autoridades locales deben asumir la responsabilidad de implementar medidas de conservación y supervisión efectivas para frenar la deforestación en la zona. Su inacción muestra una falta de liderazgo y preocupación por el medio ambiente, poniendo en riesgo la biodiversidad y los recursos naturales de la región.
El daño ecológico en el Parque Nacional Pico de Orizaba representa una pérdida significativa de áreas boscosas, y un impacto negativo en el equilibrio ecológico. Los ediles tienen que estar al tanto de la situación y tomar medidas concretas para detenerla, como sancionar a los responsables de la tala ilegal.