Aquí no pasa nada. Esa ha sido la respuesta de Francisco Reynoso, alcalde de Valle de Bravo, ante el aumento de secuestros y robos en su municipio. Un municipio que es destino de fin de semana de miles de capitalinos y punto importante de turismo para el Estado de México.
Pero ante el aumento de la inseguridad, este turismo ha disminuido generando problemas para los negocios que viven justamente de quienes llegan los fines de semana o quienes pensaban pasar ahí las vacaciones de verano.
No es muy sesudo intuir el círculo vicioso de una situación en donde comienza a haber inseguridad, ésta se niega y no se atiende, la inseguridad aumenta, los ciudadanos evitan el lugar y salir a la calle. Restaurantes y comercios de la zona comienzan a tener problemas económicos para sus dueños y con ello la inseguridad se recrudece.
En entrevista en Frente al País el alcalde Reynoso negó que la presencia del Ejército, Marina y Policía Federal se deba a que exista un problema de inseguridad.
Reynoso repitió una y otra vez que el que el miércoles arrancara el primer despliegue de la Gendarmería precisamente en Valle de Bravo era una decisión de la federación que nada tenía que ver con una situación preocupante de inseguridad en su municipio. A la pregunta de por qué entonces no se enviaba elementos de la Gendarmería a un lugar como Mérida, conocido por su bajo índice delictivo, Reynoso respondió no saber y reiteró que en Valle de Bravo no pasa nada.
Este querer tapar el sol con un dedo no es solamente una estrategia del alcalde. Cuando al gobernador Eruviel Ávila se le ha preguntado por la situación de inseguridad en Valle, su respuesta ha sido que se debe a sucesos extraordinarios.
Y durante el despliegue de los 350 integrantes de la Gendarmería Nacional al lugar, el comisionado de la Policía Federal, Enrique Galindo, declaró que Valle “no vive una crisis, sino que enfrenta un problema coyuntural por la asistencia de la delincuencia”.
Osea, una crisis que no es una crisis sino un evento extraordinario.
Estos trabalenguas y bautizos con nuevas palabras que gustan a las autoridades para decir que no pasa nada en donde es más que evidente que sí pasa deberían darles vergüenza.
Parece que admitir un problema es una señal de debilidad cuando es el primer paso para poder llegar a una solución.
Twitter: @AnaPOrdorica