Adriana Estrada
el buen tono
Orizaba.- Gabriela Almonte lleva un año y cuatro meses sin poder ver a su hija de dos años y cuatro meses, debido a un mal manejo de la investigación en la Fiscalía.
Gabriela era víctima de violencia psicológica y física por parte de su pareja, Ángel Fermín Anzures, por lo que se salió de su hogar e inició los trámites de divorcio y custodia de la menor. Acordó visitas a la niña por parte del padre, pero el 5 de febrero de 2022 él ya no la regresó.
Desde entonces, Ángel Fermín Anzures y su hermana María del Carmen Anzures, quien es su abogada, se han interpuesto en el caso. Ahora, Gabriela resultó vinculada a proceso por decisión de la fiscal segunda, Margarita González, quien judicializó la denuncia que interpuso su ex pareja por supuesta violencia familiar contra su hija. Gabriela también puso su denuncia por retención de la menor, pero su caso fue prácticamente desechado por la fiscal.
La madre dijo estar desesperada e incluso ya visitó varias dependencias como Derechos Humanos, el Instituto Municipal de la Mujer de Orizaba, el DIF y asociaciones en defensa de las mujeres. Logró que su carpeta pasara a la jueza Miriam Soledad bajo el número 114/2022, en quien confía que esta vez pueda avanzar su caso.
La agraviada mencionó que el padre de la menor ahora pidió la custodia de la niña por cuatro años y le ofreció que viera a la menor si ella desistía de cualquier denuncia que haya puesto en contra de él. Pero está tratando de manipularla, pues incluso cuando empezó su demanda por violencia, como parte del proceso inició terapia psicológica. Él tomó eso como pretexto para acusarla de que está mentalmente enferma.
La agraviada lamentó el actuar de la fiscal Margarita, quien, en lugar de ayudarla a ella como víctima, la ha hecho pasar como culpable. Agilizó la demanda interpuesta por Ángel Fermín y la de ella simplemente no avanza. Mientras tanto, la niña ha sido la perjudicada y a su padre no le interesa esa situación.