Miguel Ángel C. Mauss
El Buen Tono
Amatlán.- Es una tradición arraigada en la región, que el 15 de mayo los campesinos se reúnan para celebrar y encomendarse a San Isidro Labrador.
Las actividades anuales incluyen misas, procesiones y comidas, y tienen como objetivo principal solicitar un ciclo agrícola fructífero, con abundantes lluvias y cosechas prósperas.
Durante los festejos, se pudo apreciar la alegría y el entusiasmo de los participantes, quienes invirtieron sus recursos en la tradicional pirotecnia y música festiva para rendir homenaje a su patrono. Las carnitas de cerdo, un plato típico de las celebraciones, se compartió entre los asistentes.
Estas festividades, más allá de su carácter religioso, son un reflejo de la conexión que los agricultores tienen con la tierra y su dependencia de un ciclo favorable.
A través de lo anterior, expresan su deseo de obtener buenas lluvias y una cosecha abundante que garantice su sustento y el de sus familias.
La continuidad de estas tradiciones demuestra la importancia de la fe y la cultura en la vida rural, así como la solidaridad y el sentido de comunidad entre los agricultores.
A pesar de los desafíos y las incertidumbres que enfrentan en el campo, las familias dedicaron un espacio para fortalecer la esperanza y la unión en bien de todos.
