LEGALISTAS COMODINOS
Se inicia este texto con un tema que si bien algunos pudieran considerarlo menor, no lo es porque ejemplifica la incoherencia y doble moral de quienes ocupan el ayuntamiento cordobés. Es un caso que provoca indignación desde el ángulo que se vea: hace algunos días los inspectores municipales del ramo de Comercio decomisaron una camada de cachorros a unos jovencitos que intentaban venderla. Las crónicas periodísticas hablan de que los funcionarios arremetieron contra los tres adolescentes porque no les entregaron un soborno de $300 a cambio de permitirles vender los perritos en las inmediaciones del mercado Revolución.
La versión de los agredíos sobre ese intento de extorsión es más que creíble. Todos los comerciantes en el mercado Revolución pagan cuota, no solo al crimen organizado sino a los delincuentes organizados que portan gafete municipal. A diario estos inspectores pasan por el soborno que exigen a vendedores -especialmente los pequeños porque los grandes se arreglan con los jefes en las oficinas del ayuntamiento- y los que no pueden pagarlo en efectivo lo hacen en especie, es decir, entregan mercancía para que los funcionarios municipales los dejen en paz.
De esta forma algunos inspectores municipales literalmente hacen su despensa semanal a base de la extorsión y otros hasta se ahorran el gasto por desayunar o comer ya que lo hacen gratis en las fondas y puestos de antojitos. Se nutren del cobro de piso, pues. Basta darse una vuelta cualquier día de la semana por dicho mercado para corroborar lo anterior. ¿A poco no lo sabe el alcalde Tomás Ríos Bernal ni su ineficiente director de Comercio, Jean Paul González Rannauro?. Por supuesto que sí pero se hacen los desentendidos. Ríos Bernal es restaurantero y tiene proveedores en los mercados, claro que lo sabe pero lo tolera y amparan esas prácticas corruptas acunadas en la doble moral.
Por su lado, González Rannauro -junior recomendado por su tío Dante Delgado- sostiene sus subordinados solo aplican el Reglamento de Comercio que prohíbe la venta de mascotas en la vía pública. Es más, a su punto de vista los cachorros que ofrecían los tres adolescentes prácticamente eran una amenaza a la población civil porque no estaban vacunados ni desparasitados ni alimentados. Mejor hubiera llamado a la nueva Gendarmería Nacional porque seguramente los perritos eran una especie de arma biológica y sus vendedores unos terroristas de la Franja de Gaza.
¡Qué tipo tan corto!. Y de colofón afirma que sus inocentes inspectores son víctimas de difamación cuando son merecedores de ser declarados como héroes nacionales y levantarles un monumento en el parque 21 de Mayo. El director González Rannauro y el alcalde Tomas Ríos son lo que los estudiosos llaman “legalistas comodinos”, es decir los que aplican la ley cuando les conviene o cuando les significa el menor esfuerzo. Si en verdad quisieran impedir la venta de mercancía ilegal por qué no envían a esos inspectores a las escuelas para vigilar que no se venda droga a los niños y jóvenes, por qué no impide el tráfico de estupefacientes al menudeo ahí mismo en la zona de mercados o la vendimia de cohetes y alcohol a menores. No lo hacen porque eso implicaría meterse en problemas con los maleantes de verdad.
Para Ríos Bernal y González Rannauro es más fácil criminalizar a tres jovencitos por vender sus cachorros –que enfrentar a los verdaderos malhechores que en realidad son un peligro para la sociedad. Y no es la primera vez que lo hacen ya que semanas atrás también los inspectores de Comercio despojaron a un humilde comerciante de una caja de aguacates endémicos que localmente son conocidos como “chinenes”. ¿Qué es lo peor, qué unos jovencitos vendan sus cachorros en la calle o que vendan carrujos de mariguana o dosis de cocaína?.
¿Es más grave que campesino venda sus chinenes o que venda algún artículo robado, adulterado o pirata?. Vender algo inocuo para sobrevivir o acercarse un ingreso adicional es para estos funcionarios panistas un delito superior y en contraparte dejan pasar lo más grave: el verdadero ilícito que intoxica o pervierte a la sociedad. En el despachante de palacio municipal y sus funcionarios se acomoda al dedillo aquel discurso bíblico sobre los falsos maestros de la ley porque cuelan el mosquito pero se tragan un camello. ¿No creen?.
LA FALDA Y EL PANTALÓN
La diferencia entre el exrector de la Universidad Veracruzana (UV), Raúl Arias Lovillo y su sucesora Sara Ladrón de Guevara solo es de género. Una usa falda y el otro no, de ahí en fuera comparten filiaciones y manías. Ambos son gobiernistas – no en el término de ser autoridad sino de fungir como soldados de un sistema – y peor aún, son simpatizantes del partido tricolor. Autista, represor, pro-priísta y de manejos financieros poco claros fue Arias Lovillo y Sara Ladrón de Guevara no es muy diferente.
A un año de haber sido nombrada al frente de la rectoría son más los desencantos que las satisfacciones entre la comunidad universitaria. No sólo permitió que se atacarán las prestaciones sociales del personal sindicalizado, especialmente en el área de salud, sino está inmiscuida en las trabas legales para golpear al SETSUV, sindicato que aglutina a los trabajadores administrativos. Además está confrontada con catedráticos de la Facultad de Pedagogía dónde impuso como directora a una recomendada de su expatrón, Víctor Arredondo Álvarez.
También ha abandonado a los estudiantes y maestros en sus demandas contra las reformas nocivas hechas a nivel federal. Ha habido ocasiones en que los alumnos han sido agredidos por encabezar manifestaciones públicas contra dichos cambios legales o también contra el aumento de la tarifa de pasaje. ¿Y qué ha hecho la rectora?. Nada, permanece agazapada, en silencio, igual que hacía Arias Lovillo. Tampoco ha hecho ni dicho nada ante la ola de inseguridad y violencia que castiga a todos los campus universitarios. Hay estudiantes de la UV que están desaparecidos en distintas regiones de la entidad, luego de ser plagiados por la mafia pero la señora Ladrón ni los ve ni los oye.
El fin de semana pasado, la rectora dio otra muestra de que no representa el cambio ni la mejoría para la UV al cancelar abruptamente que en las instalaciones de la casa de estudios se realizara una conferencia prensa con el exjefe de Gobierno del Distrito Federal y excandidato a la Presidencia de la República, Cuauhtémoc Cárdenas, luego de que participó en un foro realizado por el Instituto de Investigaciones Histórico-Sociales.
En un comunicado la señora Ladrón – hay algunos maestros y alumnos que la llaman Sara Ladrón de Adeveras, ¿por qué será?- afirmó la decisión fue impedir actos partidistas -entiéndase: electorales – en las instalaciones universitarias. Vaya excusa tan torpe que es insostenible por todos lados, incluyendo la cortesía que deben los anfitriones. La rectora no solo enseñó el cobre sino también sus intereses políticos. No hay un periodo electoral vigente, entonces es imposible alegar que Cárdenas haría algún tipo de proselitismo no permitido por la ley. Lo que si hay es la renovación interna de la diligencia del Partido de la Revolución Democrática (PRD) dónde Cárdenas podría -no es siquiera seguro- participar.
¿Qué tanto impacto causaría una conferencia de prensa donde Cuauhtémoc Cárdenas hablara del proceso perredista si no lo iba a hacer a nombre de la UV?, y ¿qué la izquierda y sus expresiones partidistas no deben ser motivo de estudio en cualquier universidad?. La justificación de la rectora Ladrón suena más bien a que obedeció ordenes para impedir ese acto. Algunos de los organizadores confiaron que si por ella fuera nunca hubiera accedido a que Cárdenas Solórzano acudiera a la UV. Su filiación la traiciona, siente que quedará mal con sus patrocinadores: los gobiernos federal y estatal.
La universidad por eso se llama así porque debe permitir la universalidad: acoger y analizar todas las expresiones sean filosóficas, políticas, políticas, religiosas o culturales. No debe dar el portazo a nadie porque su rectora simpatiza con determinada expresión, eso la degrada y pervierte. Hay algunos que acusan a la rectora Sara Ladrón de intolerante pero más bien es convenciera y militante.
GRAZNABA COMO PATO
Fin de semana de consejos partidistas. Uno fue una verdadera perla pues sus dirigentes se soltaron el pelo de una vez. Se dio en el consejo político del Partido Alternativa Veracruzana (AVE) realizado en Jalapa donde los invitados de honor fueron ¡¡el gobernante priísta Javier Duarte y sus secretarios de Gobierno y Educación, Erick Lagos Hernández y Adolfo Mota Hernández!!. Queda confirmado el dicho de que “si camina como pato, grazna como pato y vuela como pato…pues es un pato”. El AVEchucho surgió para servirle al PRI y al gobierno en turno.
Allí, su dirigente Alfredo Tress Jiménez –ese mismo que aconseja a los alcaldes de su partido para robarse el presupuesto municipal- nombró a Duarte ¡¡vocero del AVE ante el gobierno federal!!. El decoro no se le da a Tress Jiménez y para el próximo consejo estatal podría llevar en procesión al exgobernante, el innombrable –el verdadero dueño de ese instituto político- y declararlo santo patrono de todas las AVES de carroña y de malagüero.
El discurso que Tress Jiménez emitió hizo recordar uno parecido que fue pronunciado hace cinco años por Manuel Laborde Cruz, dirigente del desaparecido Partido Revolucionario Veracruzano (PRV), otro satélite fidelista, durante uno de los informes del exgobernante al que dotó de una personalidad divina pues lo comparó como “el dios Cronos, tan poderoso que hace detener o avanzar el tiempo en sus manos “. Ayer fue el PRV y hoy es el AVE, ayer fue Laborde Cruz y hoy es Tress Jiménez, solo cambiaron las siglas y los nombres, el titiritero es el mismo.
Mientras tanto en el resultado de la encerrona en Coatepec del Partido Acción Nacional (PAN) para renovar su consejo político estatal fue un embate: 50 y 50 consejeros para cada corriente, la de Miguel Ángel Yunes Linares y la “Muralla Azul”. La orden del altiplano fue emparejar el terreno para no azuzar la diatriba. Ni frio ni caliente, todo en la medianía-. El próximo fin de semana se formalizará la renovación del Comité Directivo Estatal también repartido por mitad: el yunista Jesús Mancha Alarcón en la presidencia y el amurallado Domingo Bahena Corbalá en la secretaría general.