Ya no se sabe qué es peor, ese universo monstruoso de la onda viral, el Gangham Style (frenesí pipirisnais del Pare de sufrir), el Harlem Shake (homenaje al No mamy blue) o el Ice Bucket Challenge, compendio de ominoso de lo que hace la mano hace la tras donde pasamos de la filantropía al oportunismo político en sus versiones más obvias como el góber chiapaneco.
Pero peor que todo eso es el nuevo azote viral, además de que el senador Barbosa afirme que “Los Chuchos son mis amigos” para luego ratificar su apoyo al ingeniero Cárdenas, está la consultitis aguda.
La consulta popular, algo que los grandes salvadores de la patria despreciaban olímpicamente, mientras la señalaban como un renglón torcido de democracia con el único objetivo de desprestigiar la chulada de reforma energética aprobada por una mayoría de papalords de la feligresía del fracking y de los Chicago boys descalzos de los últimos días. Pasado el Pancho por México (y es que ese pacto no fue con Dios), finiquitado el despacho contable dance de las reformas, y ya en la lógica de cada quien para su santo y la sobrevivencia del más apto (y el que se haga menos pato) lo de hoy, pues, son las consultas.
Tanto así que los que menos suelen consultar, los del PRI cámbrico temprano se han hecho adictos. Y ahora, para no ser menos que Morena y el PRD, que ya tenían muy platicada su consulta contra la privatización petrolera (la misma que el licenciado Peña dice que ni la ve ni la oye), y luego de escuchar que en el PAN quieren armar la suya sobre el salario mínimo (parece que mientras le pagaban lo del tiempo extra a las amigas de Montana, a los panistas se les despertó la idea de privatizar el salario mínimo, esa leyenda urbana) a los choznos de don Plutarco se les ocurre consultarle a la ciudadanía sobre la idea de desaparecer diputados y senadores plurinominales como si fueran levantados en Valle de Bravo.
Lo malo es que si se cargan a los pluris incluyéndolos en la lista de las 22 mil personas “no localizadas en el país” según la PGR (¿no les dan una gran tranquilidad estos datos?), sobre todo ahora que se sienten preponderantes y van por las mayorías con aplanadora incluida, los priistas son capaces de pedir rescate.
Como quiera que sea, ojalá que los próximos políticos que hagan esto del Ice Bucket Challenge, utilicen las aguas del río Sonora para que estas cosas tengan certeza jurídica.
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