AGENCIA
EEUU.- La atleta estadounidense Tori Bowie, triple medallista olímpica en Río 2016 en pruebas de velocidad, ha sido hallada muerta en su casa de Florida a los 32 años, según ha informado este miércoles Icon, su agencia de representación. “Estamos destrozados de compartir la muy triste noticia de que Tori Bowie ha fallecido.
“Hemos perdido una clienta, una amiga querida, hija y hermana. Tori era una campeona… ¡un faro de luz que brillaba tanto! Estamos realmente desconsolados y nuestras oraciones están con la familia y los amigos”, señala el anuncio, en el que no se precisan las causas de su fallecimiento.
La norteamericana logró la plata en los 100 metros, el bronce en los 200 metros y el oro en el relevo 4×100 en la cita brasileña. También fue doble campeona mundial de atletismo en Londres 2017 en 100 y 4×100, y bronce en los 100m en el Mundial de Pekín 2015, entre otros logros.
De orígenes humildes, Bowie fue criada por su abuela en Sandhill, en el Mississipi rural. Y no olvidaba sus raíces. “Mi abuela ha sido el modelo a seguir en mi vida”, dijo en una entrevista en 2016 con la revista People. A los dos años, tanto ella como su hermana, Tamarra, fueron entregadas a una casa de acogida por su madre biológica, y ahí fue cuando entró en escena su abuela, entonces de 47 años, que ya había criado a cinco hijos propios.
“Peleó por nosotros, obtuvo nuestra custodia. No teníamos mucho, pero ella nos dio carácter”. Su abuela, Bobbie Smith, que apenas la vio competir en directo porque nunca ha tomado aviones ni le ha gustado salir del pueblo, le dejó una serie de lecciones. “Las animé a ir a la escuela, no pensar en chicos a edad temprana y hacer el bien”, dijo tiempo atrás a la NBC. “Y siguieron mi consejo”.
Esa personalidad Bowie la aplicó al atletismo. Comenzó en el salto de longitud, donde en 2011 fue campeona nacional con la University of Southern Mississippi, pero en 2014 su explosividad la llevó a cambiar de prueba y convertirse en una especialista de la velocidad. No se equivocó: ese mismo año fue la mujer más rápida del mundo en 100 metros.
Y dos años después llegaría el triplete de medallas en Río, algo solo al alcance de un puñado de elegidas. Los podios en los Mundiales de Pekín y Londres demostraron que su éxito no era flor de un día. Desde 2011, solo su compatriota Carmelita Jeter y ella han interrumpido en esa competición el apabullante dominio de una portentosa generación de velocistas jamaicanas lideradas por Shelly-Ann Fraser-Pryce y Elaine Thompson.
En el Mundial de Doha 2019, Bowie regresó a sus orígenes y compitió en salto de longitud, donde terminó cuarta. Sería la última vez que rozaría el metal en una gran competición. No lograría clasificarse para los Juegos Olímpicos de Tokio, aplazados un año, hasta 2021, por culpa de la covid, y seguiría activa hasta junio de 2022.
Entre las velocistas que compartieron pista con ella, la sensación es de incredulidad. “La verdad es que me he quedado consternada con la noticia, era una atleta súper joven y recuerdo haber corrido con ella en alguna ocasión, como en el meeting de Madrid de 2019. Ya solo se puede desear que descanse en paz”, dice a este diario la velocista española Maribel Pérez. El estadounidense Noah Lyles, estrella del 200m masculino, reaccionó en Twitter.
“No puedo creer esto. Acababa de escuchar que iba a estar con su hermana en casa y ahora esto. Me rompe el corazón y mantendré a la familia en mis oraciones”. Su antaño rival, Shelly-Ann Fraser-Pryce, también la recordó. “Una gran competidora y fuente de luz. Tu energía y sonrisa siempre estarán conmigo”.