AGENCIA
Nueva Zelanda.- Las autoridades cancelaron un concurso en el que niños de Nueva Zelanda iban a cazar y matar gatos salvajes como parte de una campaña para proteger las especies autóctonas; esta decisión se tomó tras la reacción del público y de grupos de defensa de los derechos de los animales.
Dicho evento habría formado parte de una recaudación de fondos organizada por el Concurso de Caza de North Canterbury para la Escuela Rotherham, situada en la región de Canterbury, en la Isla Sur.
Los organizadores habían anunciado el sábado una nueva categoría junior para menores de 14 años en la competición anual: cazar gatos salvajes por un premio máximo de 250 dólares neozelandeses (US$ 150). El anuncio provocó la ira del público, lo que llevó a los organizadores a retirar la competición este lunes.
En un comunicado emitido este miércoles, los organizadores afirmaron que “se habían enviado correos electrónicos y mensajes viles e inapropiados a la escuela y a otras personas implicadas.”
“Estamos increíblemente decepcionados por esta reacción y nos gustaría aclarar que esta competición es un evento independiente dirigido por la comunidad”, rezaba el comunicado.
Aunque los gatos son una mascota popular y querida entre muchos neozelandeses, los gatos callejeros son desde hace tiempo un problema entre los amantes de los animales y las autoridades por el impacto que pueden tener en otros animales salvajes.
En la vecina Australia, las autoridades afirman que los gatos salvajes amenazan la supervivencia de más de 100 especies autóctonas. Se culpa a los gatos callejeros de matar millones de aves, reptiles, ranas y mamíferos cada día, lo que lleva a las autoridades a organizar sacrificios periódicos.
Los organizadores del concurso de Canterbury sostuvieron que el torneo juvenil de caza para matar gatos callejeros, con arma de fuego u otros medios, trataba de “proteger a las aves autóctonas y otras especies vulnerables”.
“Nuestros patrocinadores y la seguridad de la escuela son nuestra principal prioridad, por lo que se ha tomado la decisión de retirar esta categoría para este año para evitar más reacciones en este momento”, se dijo.
“Para aclarar, para todas las categorías, nuestros cazadores están obligados a acatar la ley de armas de fuego de 1983 y futuras enmiendas, así como la ley de bienestar animal de 1999”.
En respuesta a las preocupaciones del público, los organizadores habían anunciado anteriormente una serie de normas para disuadir a los jóvenes participantes de cazar animales domésticos.
Cualquier niño que llevara un gato con microchip habría sido descalificado, dijeron los organizadores; el grupo también señaló que las cacerías programadas para otras categorías, como cerdos y ciervos locales, seguirían adelante.
La Sociedad Neozelandesa para la Prevención de la Crueldad contra los Animales se mostró “satisfecha y aliviada” por la supresión del concurso infantil para matar gatos. “Los niños, al igual que los adultos, no son capaces de distinguir entre un gato callejero o un gato doméstico asustado”, afirma la SPCA.
“Hay muchas posibilidades de que la mascota de alguien muera durante este evento. Además, los niños suelen utilizar rifles de aire comprimido en este tipo de actos, lo que aumenta la probabilidad de dolor y angustia y puede causar una muerte prolongada”, añadió.
En un comunicado, Jason Baker, vicepresidente para Asia de la organización, declaró: “Animar a los niños a cazar y matar animales es una forma segura de criar adultos que resuelven los problemas con violencia… Tenemos que fomentar la empatía y la compasión en los niños, no hacerles creer que los animales son ‘menos que’ los humanos y recompensarles por su brutalidad”.
El acto atrajo gran atención en el extranjero, incluido el cómico británico Ricky Gervais, conocido amante de los animales con más de 15 millones de seguidores en Twitter.
Gervais criticó la caza de gatos en un sarcástico tuit: “Muy bien. Necesitamos nuevas ideas de relaciones públicas para que el mundo ame Nueva Zelandia. Quizá algo que implique a niños y gatitos. ¿Sí, Hargreaves?”.
Nueva Zelanda es una de las últimas naciones insulares remotas del mundo y no tiene más mamíferos terrestres autóctonos que los murciélagos.
En años anteriores hubo campañas oficiales contra los gatos, incluida una que animaba a los amantes de los felinos a no reemplazar a sus mascotas cuando murieran.
“Los gatos son los únicos verdaderos sádicos del mundo animal, asesinos en serie que torturan sin piedad”, dijo el entonces primer ministro John Key, que tenía un gato llamado Moonbeam.
“Históricamente, sabemos que los gatos salvajes fueron responsables de la extinción de seis especies de aves y son los principales agentes del declive de poblaciones de pájaros, murciélagos, ranas y lagartos”, declaró Helen Blackie, consultora de bioseguridad de Boffa Miskell, a RNZ, afiliada de CNN.
Blackie, que lleva dos décadas estudiando a los gatos callejeros, afirma que su número se disparó en la última década, y que en algunas zonas donde se rastrearon las plagas con cámaras, los gatos callejeros superaban en número a otras especies, como las zarigüeyas.
¡Y pensar que este país es considerado uno de los más desarrollados y donde las personas son más felices! No hay necesidad de matarlos y menos mediante “concursos”, ellos ya tienen depredadores naturales, dejen que la naturaleza hable.
En vez de matar animales, ya que tanto quieren matar, ¿por qué no matan a los delincuentes?