Mariana Gutiérrez H.
El Buen Tono
Orizaba.- Con la imposición de la ceniza, la Iglesia Católica inició este miércoles el período de la Cuaresma, los cuarenta días que Jesús pasó estando en el desierto, un tiempo para reflexionar “y sacudirnos el polvo del camino”, manifestó el Obispo de la Diócesis de Orizaba, Eduardo Cervantes Merino.
“Cuando uno camina se nos pega el polvo, pero no es nuestro, sino del camino de la vida dolorosa, del sufrimiento, de violencia y de pecado, pero los cristianos estamos obligados a sacudirnos ese polvo para que resplandezca lo que somos, hijos de Dios, y ese es el verdadero sentido de la penitencia, pero no se logra con nuestro esfuerzo, sino con la ayuda de Dios, su gracia y la oración”.
Reconoció que el corazón del ser humano necesita volver a Dios porque por naturaleza es frágil y con la mancha del pecado original lo lleva a actuar y realizar el mal.
Cervantes Merino detalló que la Cuaresma es el tiempo propicio que Dios ofrece para poner a Dios como el centro de nueva vida, “Cristo que con su pasión, muerte y resurrección nos rescató del pecado y de la muerte, para que podamos enderezar nuestra vida. El evangelio es Jesús, no un libro, es una persona y en la Cuaresma es volver nuestra vida a los criterios del evangelio, volver a Jesús”, indicó.
Agregó que, por siglos y años, los católicos nos preparamos para la fiesta de la Pascua, y es a través de la Cuaresma un período para reflexionar sobre nuestra realidad.
