Emilio González Gómez
el buen tono
Nogales.- Cuenta la leyenda que una criatura que durante el día camina y se mueve como los humanos, por las noches se convierte en una bestia, conocido como “el nahual”, que vigila las aguas cristalinas de la laguna y el Rincón de las Doncellas.
Los abuelos explicaron que cuando hay luna llena aparece para llevarse a niños recién nacidos o gallinas con las que se alimenta.
Los mitos de ultratumba revelan que cuando se construían las vías del ferrocarril por el año de 1877, los trabajadores escuchaban cerca de Ojo de Agua una voz áspera y ronca: “Lárguense de aquí, estas son mis tierras”.
Sin identificar de dónde venía el grito, les arrojaba piedras y en ocasiones robaba sus herramientas para detener las obras; tras el tiempo, los lugareños comenzaron a escuchar por las noches, aullidos y quejidos.
Relataron que del cerro de Oztotipac, donde nace el manantial de la laguna de Nogales, descendía una bestia del tamaño de un buey, caminaba en dos patas, tenía una cara peluda como de lobo y ojos rojos como fuego, siempre corría desde la montaña hasta la estación del ferrocarril.
Así nació la leyenda del nahual, que es el protector del agua, como si fuera el tesoro del pueblo que le construyó su casa al pie del cerro, donde aún se aparece cuando hay luna llena en primavera.