Adriana Estrada
El Buen Tono
Orizaba.- En la Catedral de San Miguel Arcángel, el obispo de Orizaba, Eduardo Cervantes Merino, llevó a cabo la XXXI Jornada Mundial del Enfermo, en donde hizo un llamado a la población a no abandonar a este sector ni a sus familias, a ejercer la caridad y a orar por la salud.
La homilía inició a las 12:00 horas, donde varias personas acudieron a recibir la bendición, Monseñor pidió poner la confianza en Dios y que ante la carencia de medicamentos que enfrenta el sector salud, un tema que no es nada nuevo, pero como sociedad se puede fortalecer tanto la solidaridad como la fraternidad.
«Los médicos y enfermeras hacen obras extraordinarias y maravillosas, desde luego que Dios actúa por medio de ellos, pero ellos también tienen un empuje muy humano y cristiano. Pero es necesario que todos pongamos de nuestra parte para aminorar el dolor que pasan nuestros hermanos enfermos», expuso.
Pidió a las familias que revisen el medicamento que tienen en casa, existen dispensarios médicos donde pueden compartir esos fármacos y no dejar que se caduquen, pues estos podrían faltar a una persona que pasa por una enfermedad en particular.
Reiteró que como hermanos es necesario apoyarse en la enfermedad para que así no se sientan solos, y se pueda aminonar el dolor.
El prelado dijo que la enfermedad no es un castigo, sino una situación límite de la persona y que unidos a Cristo Jesús tiene un valor profundo de oración y ofrenda a Dios, y que la Jornada anima a estar unidos en las manos de Dios.
En la celebración, el Obispo pidió de manera especial por el personal de la salud, médicos, enfermeras y quienes son los cuidadores de enfermos, así como oró por todos los que prestan sus servicios y hacen patente la caridad en hospitales, dispensarios médicos de comunidades parroquiales, así como por todas las iniciativas que con caridad cristiana comparten medicamentos, alimentos y cuidados para quien más lo necesita en estos tiempos difíciles.
