Miguel Ángel C. Mauss
EL BUEN TONO
Amatlán.– Salvador Sánchez Vázquez, de 90 años, sufrió una pérdida devastadora cuando, después de 60 años, su patrimonio en la comunidad Paraje Nuevo fue quitado por órdenes de un juez que desestimó todas las pruebas que lo acreditaban como el propietario.
Ayer, con los ojos llorosos, vio cómo su casa, donde crió a sus hijos y nietos, era destruida poco a poco. Le habían dado 24 horas para salir y dejar el lugar limpio o sería expulsado.
Según sus familiares, “este terreno lo compró su esposa Josefina, pero falleció y ya no se siguió con el proceso de escrituración, hay comprobantes en que se dio el proceso de compra venta, no es posible que después de 60 años, el pastor evangélico Alfonso Carrillo Arellano haya decidido quitarle su casa”.
Mientras su casa era destruida, el hombre recorría los pasillos llenos de recuerdos, las lágrimas rodando por sus mejillas y exclamando que él no se metía con nadie, que solo pedía morir allí. La Fuerza Civil llegó al lugar para exhortar al hombre a salir en menos de 24 horas, de lo contrario lo retirarían con la fuerza.
