Emilio González Gómez
el buen tono
Tehuipango.- En uno de los pueblos más pobres y abandonados de la Sierra de Zongolica, los niños consumen alcohol y cerveza a los ocho y 10 años de edad, cuando apenas estudian en la escuela primaria; luego siguen con el cigarro y tarde que temprano caen en el infierno de las drogas, dijo Juan “X”, miembro de la Central Mexicana de Alcohólicos Anónimos (AA).
El responsable del grupo Fortaleza del municipio de Ixtaczoquitlán, agregó que las familias náhuatl desconocen los daños físicos y psicológicos que ocasiona el consumo de este tipo de sustancias en su organismo.
En el siglo XX, el alcoholismo fue declarado como enfermedad al ser la principal causa de las 3.5 millones de muertes cada año, debido a los accidentes de tráfico que ocasiona, así como los traumatismos y discapacidades que afectan la vida de al menos unos 50 millones de personas.
“El consumo excesivo de alcohol genera más de 200 enfermedades y trastornos físicos y mentales: padecimientos cardíacos y del hígado, cáncer de mama, boca, garganta, colon, hígado, laringe y recto; daño en las mucosas del aparato digestivo, aumento de la tensión arterial, accidentes cerebrovasculares. Además de violencia, irritabilidad, dificultades de erección en los hombres, sensación de hormigueo en brazos y piernas, daños al feto durante el embarazo, y Síndrome de Alcoholismo Fetal (SAF)”, reveló.
Explicó que el consumo de alcohol, cerveza y pulque desde una edad temprana es una práctica social permitida e incluso exigida en ciertos círculos, lo que propicia que cada persona beba en promedio 8.4 litros de licor puro al año, lo que equivale a 2.2 litros por encima del promedio mundial.