Revolucionando mercados
Nuestro gobierno destaca por varias sobresalientes acciones.
Tiene a un grupo de Mr Smith’s en Comercio tratando de dinamitar las ilusiones de los Mr Anderson de la calle. Obligándolos a ser parte de la Matrix o morirse de hambre.
Pinta fachadas de colonias que necesitan les hagan calles, banquetas o brinden alumbrado público. Ya no se diga seguridad.
Realiza obra pública de calidad ACME. De esa que usaba el Coyote para tratar de atrapar al correcaminos.
Deja sin alumbrado público por meses zonas como la entrada a San Román, secciones de bulevar Tratados de Córdoba y, cuando tienen humor, se toman fotos con viejitas mientras somos el único pueblo-ciudad que tiene una aeropista sin vigilancia, topes en un bulevar -topes, en serio, topes en una vía rápida, topes-. y área arqueológica que sirve de recuerdo porque no se explota el turismo.
Siendo el paso obligado de las personas que van al sur del país y no tenemos nada que ofrecer más que topes en el bulevar y jardineras con pastito barato y unos semáforos old fashion.
Remodelan las áreas deportivas a su manera; pintar rayitas amarillas por aquí y por allá. Hacen banquetas con quién sabe qué engrudo de a peso que se desmorona con la lluvia o le quitan accesos a parques como en San José. Es como la risa en Cordobaches 4, una comedia.
La lista podría continuar varias cuartillas. Pero vamos al tema que nos entretiene hoy, el mercado Revolución.
Yo soy de los que todavía voy en mi moto al mercado para comprar yerbas y verduras, quesos y una que otra cosita que solo ahí se encuentra, lo sé, soy un romántico. Me bajo de la chopper con el mismo miedo con el que me asomo cuando termino mis compras para ver si todavía sigue ahí. Lleno las alforjas y disfruto de 20 minutos de tráfico para dos calles. #Priceless
Y muchos pueden decir que las personas que trabajan en la zona son los culpables de las deplorables condiciones que tienen, pero no es toda la verdad.
Lo comerciantes todavía le dejan galletas y leche a Santa y también creen en las promesas que cada cuatro años les hacen de nuevas instalaciones o mejoras a las actuales -que se caen a pedazos-.
Y en medio del caos, en la oscuridad profunda de una noche sin luna cordobesa, sobre lo más alto del Palacio municipal, la silueta de Tomy Rivers se asoma detrás de un relámpago que corta el silencio de la ciudad.
Tomy Rivers – The derroche Knigth. Próximamente en cines.
Pues bien, les dieron un proyecto de remodelación que se ve muy lindo en maqueta y 3D. Todo gris, como la visión de nuestros gobernantes, habrá que ponerle carteles de ofertas y pósters vintage de lucha libre por aquí y por allá. Algunos locatarios, que pecan de inocentes se han entusiasmado con la idea de que todo luzca más bonito, otros han escuchado con más claridad el discurso y se han dado cuenta que solo va a lucir “más bonito”.
No he podido adentrarme para ver todo el plan de trabajo pero por lo poco que pude ver, sigue siendo más conveniente reacomodarlos en una zona temporal, tirar lo que existe, hacer una bodegota con blocks, meterle 3 niveles y dejar el centro abierto como pasillos, regresarlos y que continúen con su vida.
¿Por qué? Porque la remodelación se va a aventar un año o más, en el camino se van a encontrar “detallitos”, no sé si tocan el tema del alcantarillado a profundidad, que se sufre muchísimo en la zona, parece que les van a reducir un poco las dimensiones a cada local y por esto o por el otro me parece que van a terminar perdiendo los comerciantes. Mantener una infraestructura vieja y disminuida en vez de crear algo nuevo me parece muy triste. Como si en una empresa, a la persona más déspota, la pusiéramos a administrar. Tarde o temprano va a quebrar y eso es lo que puede pasar con el mercado Revolución. Por algo se llama así y deberían hacer una revolución en él.
Podrían poner un jardín en el techo para mantener fresco el inmueble y beneficiar al medio ambiente, instalar seguridad interna creando empleos y muchas otras locuras que se me ocurren. Paredes y barrotes nuevos a lo que ya está viejo. La típica de Ríos. Y si juego a ser brujo, con el ojo derecho puedo afirmar que va a quedar como todo lo anterior: a medias y mal hecho. Presupuesto inflado y con necesidad de volverlo a remodelar al año. Ojalá me equivoque…
Son 140 millones de pesos para el proyecto. Supongo que por ser pobre siento que es demasiado dinero pero, ¿sinceramente es necesario tanto billete para solo remodelar el mercado? ¿Qué con ese dinero no alcanza para hacer dos mercados nuevos con drenaje, alumbrado solar, etc? Díganme, “porque yo no le sé”.
Todo esto del mercado me recuerda mucho el estribillo de una de esas canciones del Buki, ¿a dónde vamos a parar?
Se los dejo de tarea.