Tres instrumentos del telescopio espacial James Webb han detectado monóxido y diócido de carbono, agua, sodio y potasio en la capa gaseosa de WASP-39 b, una especie de ‘Saturno caliente’ situado a 700 años luz y lo más sorprendente: dióxido de azufre, molécula que se produce por reacciones fotoquímicas inducidas por la energética luz de la estrella madre, como ocurre en la capa de ozono de la Tierra.
Aunque en los últimos meses se han hecho famosas las impresionantes imágenes del cosmos captadas por el telescopio espacial James Webb (JWST), este gran observatorio de la NASA y la ESA acaba de obtener otra primicia: la huella química de la atmósfera de un exoplaneta, donde se encuentra por primera vez dióxido de azufre (SO2).