Ya toqué aquí el problema de las pensiones —pasivos laborales— en Pemex y CFE; pregunté por qué nadie se atrevía a plantearlo. Como sabemos, donde menos se espera salta la liebre, y ésta saltó con el planteamiento del diputado Aldana de la asunción de los pasivos laborales de Pemex por parte del gobierno federal en calidad de deuda pública. Él, beneficiario durante años de la corrupción en Pemex que la tiene en quiebra técnica, fue durante años tesorero del sindicato.
El planteamiento —hecho posiblemente con la connivencia del gobierno federal—, de concretarlo sin otros elementos igualmente importantes, la situación de situación operativa de Pemex y CFE no cambiaría pues su impacto se vería reflejado solamente en el Balance General, específicamente en el Capital Contable. Sin duda, no debe menospreciarse este efecto; también ayudaría a obtener financiamientos en mejores condiciones de tasa de interés y plazos.
Hasta aquí, las cosas no deberían sorprender a quien tenga conocimientos elementales de contabilidad; sin embargo, las opiniones vertidas al respecto, lejos de contribuir a aclarar el panorama, confunden.
Si bien el monto de los pasivos laborales de Pemex y CFE alcanza un monto cercano a los 1.7 billones de pesos, esto no debería sorprendernos; no somos pocos los que hemos comentado acerca del problema que representan, no sólo los pasivos laborales de Pemex y CFE sino los de IMSS-patrón, y los pasivos laborales de decenas de sistemas públicos de pensiones carentes de toda viabilidad financiera.
El monto anual a pagar a los jubilados y pensionados, que gravita en cada uno de esos casos —donde los fondos de reserva constituidos con las aportaciones de los trabajadores y empleados carecen de recursos por no haber aportaciones aquéllos o ser de cuantía muy reducida—, está incluido en el presupuesto anual de cada institución.
Dicho de otra manera, en los casos de Pemex y CFE ya se reconoce que, dada la inviabilidad financiera de ambas para hacer frente a sus compromisos con los jubilados y pensionados, el gobierno federal se hace cargo cada año para que los beneficiarios, pensionados y jubilados, reciban la cantidad mensual que les corresponde.
En lo que se refiere al reconocimiento de los pasivos laborales de ambas empresas, el secretario de Hacienda escribió en una colaboración periodística lo siguiente: “De igual manera, trasladar un peso de deuda pensionaria de Pemex al gobierno no incrementaría la deuda pública total, pues la deuda de la empresa pública ya es hoy deuda pública.”
Por otra parte, mi incapacidad no me ha permitido encontrar —en los documentos mensuales y trimestrales que entrega la Secretaría de Hacienda al Congreso—, el renglón específico donde se incluyen, explícitamente —en el desglose de la deuda del gobierno federal o del sector público federal—, los pasivos laborales de Pemex y de CFE.
Pienso, espero no equivocarme, que sería de gran utilidad para la discusión en curso, que en el documento y sus anexos que dará a conocer Hacienda en dos días, se desglosare el monto de esos pasivos de Pemex y CFE.