AGENCIA
EEUU.- El próximo 15 de noviembre, según las proyecciones de Naciones Unidas, seremos 8 mil millones de habitantes en el planeta.
Este número es resultado, en parte, de los avances en la medicina que han permitido mantener la disminución en la mortalidad infantil en todo el mundo y prolongar la vida humana, en muchos casos y de manera cada vez más frecuente, inclusive más allá de los 100 años.
Sin embargo, estos cambios se han dado a ritmos distintos; detrás de esta cifra prevalecen grandes diferencias que nos hacen pensar que estamos lejos de una convergencia demográfica entre países.
Es decir, las probabilidades de llegar a cumplir un año para un niño que nace en Japón, donde la tasa de mortalidad infantil es de dos muertes por cada mil nacimientos, son muy distintas de las de un niño que nace en Níger, donde la misma tasa es 74.
De igual manera, una niña que nace hoy en Japón podría esperar vivir más allá de los 88 años, mientras que una niña recién nacida en Chad o Lesotho tiene una esperanza de vida de menos de 60 años.
¡Se trata de casi 30 años de diferencia, definidos por el lugar donde naces! Al ritmo actual de cambio en los países más pobres, les llevará más allá de este siglo alcanzar los niveles de mortalidad de los países más ricos.
Por otro lado, de mantenerse las tendencias observadas hasta hoy, la población mundial se estabilizará en poco más de 10 mil millones de habitantes en la segunda mitad de este siglo.
Habrá un grupo de países con una elevada presencia en términos absolutos y relativos de adultos mayores de 70 años y otro grupo de países con poblaciones jóvenes concentradas entre los 15 y los 34 años.
Las necesidades de unos y otros son distintas y, tal vez, inclusive complementarias. Los primeros requerirán mayores cuidados, adaptación de las ciudades para facilitar la movilidad, preparación de los sistemas de salud para atender a esta población y una reorganización económica para mantener la producción y la productividad.
Los segundos seguirán requiriendo de espacios para preparar a los y las jóvenes, para atender sus expectativas en la formación de hogares autónomos y enfrentarán el reto de generar espacios de trabajo, con salarios dignos y condiciones laborales que les permitan prepararse para la vejez.
En contraste, otros países con tendencias demográficas similares han buscado opciones más conciliadoras y han diseñado asertivas políticas de inclusión para las poblaciones migrantes.
Sin duda, uno de los mayores retos en este mundo de 8 mil millones es el de aprender a convivir y valorar las diferencias en un momento en el que anticipamos habrá aún más movilidad de la que observamos hoy.
Sin duda, uno de los mayores retos en este mundo de 8 mil millones es el de aprender a convivir y valorar las diferencias en un momento en el que anticipamos habrá aún más movilidad de la que observamos hoy.
Dentro de tres días el mundo superará los 8 mil millones de habitantes; hace apenas 22 años en el año 2000 éramos tan solo 6 mil 100 millones de habitantes, un aumento de mil 900 millones.
Y esto es causa de fondo de la crisis ambiental y nadie habla de eso; y este número seguirá aumentando a lo largo del tiempo, el reto será lograr una vida sostenible y pensar, con conciencia, en las formas de consumo.