Altas Montañas.- La ausencia de oficiales de Tránsito en los municipios de Alpatlahuac, Calcahualco, Tomatlán y Chocamán, ha generado anarquía en las calles, ya que las unidades que brindan el servicio de transporte público, tanto legales como “piratas”, no respetan ningún tipo de ley, ni señalamiento.
Lo anterior molesta a automovilistas y peatones, pues los conductores de camionetas del servicio mixto-rural arriesgan la vida de sus pasajeros al no respetar el número máximo de ocupantes, razón por la cual viajan colgados en las bateas, ya que a los choferes solo les preocupa la ganancia por viaje, sin pensar que tanto para ellos como para los usuarios, podría ser el último.
De igual manera, las condiciones en que varias de estas unidades circulan son deplorables debido al tipo de servicio que prestan y al poco o nulo mantenimiento que reciben. Sin embargo, las opciones de transporte en la zona son escasas en la sierra, pues además de las camionetas, solo se puede recurrir a taxis o a una línea de autobuses, única en la zona, la cual al constituir un monopolio, y al ser su propietario una persona influyente, se da “el lujo” de imponer tarifas.
Entre las camionetas “pirata” y las que están “en regla”, no hay mucha diferencia en la calidad del servicio, ya que ni unas ni otras cuentan con seguro de viajero, ni de daños a terceros, los choferes no cuentan con licencia ni con la certificación correspondiente. La única diferencia es que las primeras no cuentan con placas de circulación ni concesión.
A esto se suma el analfabetismo derivado del grado de pobreza en la región, pues los conductores de camionetas, taxis y autobuses se escudan en el hecho de no saber leer ni escribir para subir pasaje en lugares prohibidos, invadir carril y estacionarse o circular en sentido contrario, así como llevar sobrecupo en las unidades.
Irvin Marcel
El Buen Tono
