Kar García
el buen tono
Orizaba.- Dos hermanos murieron asesinados a manos de exelementos de la Policía Municipal, ahora sus familiares y amigos conmemoran su cuarto Aniversario luctuoso.
Son seis los uniformados que cumplen su sentencia condenatoria de 65 años de prisión, luego de los hechos acontecidos la madrugada del 1 de noviembre de 2018.
El odontólogo Ernesto Pérez González, de 33 años, y el profesor Román Pérez González, de 31 años, fueron asesinados a quemarropa afuera del domicilio asentado en la calle
Colón.
«Los extraño, me hacen falta, su ausencia me duele mucho, hay tantas cosas que vivimos juntos y ahora es difícil vivir solo con su recuerdo», fueron las palabras entrecortadas de Román Pérez Martínez, padre de los fallecidos, quien con un nudo en la garganta año con año pone una ofrenda en el Día de Muertos, recordando a sus hijos Román y Ernesto.
Todo comenzó aquel día, durante una persecución por la madrugada por parte de los entonces elementos de la Policía Municipal a un vehículo blanco, Jeep, al cual dispararon en diversas ocasiones hasta que el conductor Román Pérez, descendió de éste y se dirigió a su casa para pedir ayuda.
Ernesto Pérez escuchó los gritos de su hermano y decidió salir de su vivienda para ayudar a su consanguíneo, recibiendo ambos disparos a quemarropa por parte de los exuniformados.
Según versiones extraoficiales se dio a conocer que tras la agresión a los hermanos Pérez González, las autoridades municipales manipularon la escena del crimen, pues después de la inspección del personal criminalista, el dictamen concluyó que los cuerpos fueron cambiados de posición.
La criminalística de campo respaldada con secuencia fotográfica describe cómo se encontraba uno de los cuerpos precisando que la prenda de vestir (una playera), se encontraba arremangada con una trayectoria de abajo hacia arriba efectuando el arrastre del cuerpo.
Después de los hechos, en la iglesia de la Concordia se realizó una misa de cuerpo presente para que los familiares y amigos les dieran el último adiós a los hermanos Pérez González.
Con la música de los mariachis los féretros de los hermanos Pérez González, fueron depositados en el camposanto Juan de la Luz Enríquez, en Orizaba.
Cuatro años han pasado y las veladoras con las fotografías de los fallecidos permanecen afuera de su domicilio, recordando aquella madrugada en la que la vida les fue arrebatada.
Los padres de Román y Ernesto recuerdan a sus hijos con una ofrenda en un altar dentro de su vivienda, su comida y bebida favorita, anhelando el día en el que vuelvan a reunirse en la eternidad, de acuerdo a las creencias de la familia Pérez González.
Con la frase «La vida sería mucho mejor si ellos estuvieran aquí”, el profesor Román Pérez Martínez, pidió a Dios por el eterno descanso de sus hijos Ernesto y Román.