Sandra G.Tehuintle
EL BUEN TONO
Orizaba.- En un conocido hospital de la ciudad, la presencia de las almas que se quedaron atrapadas en ese plano es constante, es el personal de enfermería y hasta los médicos quienes notan su presencia.
Andrés, relató que en el tiempo en que fue eventual “me tocó contrato en la noche, en el sexto piso, había un paciente que tenía indicado transfundirle un paquete globular, es decir, de sangre, para eso ya eran como las 02:00 horas y me mandaron a Banco de Sangre para traer lo necesario, cuando baje todo estaba tranquilo, a esa hora ya no hay personas en los pasillos, ni en el sótano”.
Hizo notar que “en el banco la química me dio la sangre y cuando estaba de regreso, subiendo por las escaleras del tercer piso, se encontraba solitario, pero a pesar de ello empecé a escuchar unos pasos atrás de mí, aproximadamente a unos cuatro o cinco escalones de distancia y, pues me sorprendí, porque hasta donde yo me di cuenta venía solo por el tramo”.
“Entonces, en ese momento volteo hacia atrás y los pasos se dejan de escuchar y no había nadie, fue entonces cuando entré en estado de alerta y continúe caminando por las escaleras, cuando retomo el camino, escuchó de nuevo los pasos, eran de alguien pesado.
Entonces, vuelvo a voltear sin detenerme y no hay nadie, pero ahora los pasos no se callan, se siguen escuchando a pesar de que ya voltee”, continuó.
Explicó que fue entonces “cuando entré en pánico y comencé a caminar muy rápido hasta llegar al quinto piso, los pasos cada vez se escuchaban más cerca y entonces empecé a correr hasta que llegue a mi servicio, estaba muy asustado por lo que pasó”.
Dijo que “ya en mi servicio, una compañera me miró mal y le conté lo que me había pasado, entonces, me ayudó para rezar y tranquilizarme, esa noche murieron dos pacientes y en el servicio se sentía una vibra muy fea, no pudimos dormir ni media hora, se sentía mucho frío en la central de enfermería”.
Ayuda del
más allá
También relató que una mañana “se metió a bañar una paciente que estaba a mi cargo, y yo había bajado mi material para esterilizar, y cuando regrese a mi servicio fui para tender la cama de esa enferma y el que estaba enfrente me dijo que ya le había cambiado las sábanas una enfermera”.
Agregó que se salió, “y no le di importancia, pero a la hora del desayuno les dije a mis compañeras con las que estaba en turno que gracias por haberme tendido la cama , pero las tres me dijeron que ninguna de ellas lo había hecho, nos quedamos sorprendidos, jamás supimos quién fue”.