Oleadas de drones cargados de explosivos golpearon el lunes la capital de Ucrania, provocaron incendios e hicieron que la gente corriera a los refugios una semana después de los ataques rusos más amplios contra Ucrania en meses.
Los ataques aéreos se habían convertido en una rareza en el centro de Kiev, y la concentración de drones sembró el pánico y puso a prueba los nervios de la gente. Uno de los dispositivos se estrelló contra un edificio residencial y mató a tres personas, según el número dos de la oficina del Presidente, Kyrylo Tymoshenko. Entre los blancos también había instalaciones de energía.
Entre los artefactos empleados parecía haber modelos Shahed de fabricación iraní. Los ataques rusos anteriores contra la capital habían empleado principalmente misiles. El lunes se oían intensas rondas de disparos además del sonido de los drones en el cielo, al parecer de soldados que intentaban derribarlos. Otros corrían para ponerse a cubierto, aunque la vida cotidiana no tardó en reanudarse en un país que se ha acostumbrado a los ataques.