AGENCIA
CDMX.- La Fiscalía de General de Justicia de la Ciudad de México (FGJ-CdMx) dio a conocer la historia de Lorena y Juana, una madre e hija que lograron reunirse luego de 27 años de que ésta última se extraviara en el Bosque de Chapultepec.
La Fiscal de la capital del país dijo que este es un “un hecho histórico y por demás emotivo”, luego de que la institución ayudó a su ubicación y a comprobar genéticamente su parentesco, según dijo en su mensaje semanal sobre avances en el combate a la violencia contra las mujeres.
“Con mucho agrado quiero compartirles que, en un hecho histórico y por demás emotivo, el miércoles de esta semana, esta Fiscalía General de Justicia pudo reunir a una madre con su hija, quienes estuvieron separadas durante 27 años”, informó la titular de la dependencia.
Juana, en ese entonces de apenas tres años, desapareció el 1 de octubre de 1995 en el Bosque de Chapultepec. Su madre, Lorena, la reportó como desaparecida y el entonces Centro de Apoyo a Personas Extraviadas y Ausentes (CAPEA) de la entonces Procuraduría General de Justicia (PGJ) de la capital emitió un fotovolante de búsqueda.
Aunque en ese momento hubo poca difusión del caso, el fotovolante tuvo eco en algunas asociaciones civiles que se sumaron a la búsqueda de la pequeña.
Pasaron 27 años hasta que Juana, ahora llamada Rocío, de 30 años de edad, vio ese fotovolante en la página de una fundación y fue cuando ella misma se reconoció en esa imagen tomada cuando ella tenía tres años.
De esa forma, Rocío y la fundación se acercaron a la Fiscalía Especializada en Búsqueda de Personas Desaparecidas de la FGJ-CdMx, la cual inició el trabajo pericial de toma de muestras genéticas, tanto a la posible madre, como a la que podría ser su hija.
A cada una de ellas les explicaron el procedimiento de toma de muestras y fueron acompañadas por peritos, médicas, psicólogas y personal de atención a víctimas.
Cuando obtuvieron los resultados, el pasado miércoles 12, autoridades de la Fiscalía reunidas en una pequeña oficina les informaron que había una coincidencia genética de 99.999 por ciento.
“Con toda la seriedad, con todo el profesionalismo que el caso ameritó, y antes del primer acercamiento entre madre e hija, por separado, a cada una de ellas, les explicamos cual sería el procedimiento de toma de muestras, y se les informó del resultado de las pruebas, a fin de prepararlas para el momento”.
Con respiración agitada y a punto del llanto, Lorena, de ahora 50 años, escuchó a la perito decir que con ese porcentaje “es madre biológica, por lo tanto, la maternidad se encuentra prácticamente probada”.
Segundos después, la mujer volteó a su derecha para ver a Rocío y ambas se abrazaron entre lágrimas de felicidad.