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QR cumple 20 años y aquí te decimos cómo protegerte de códigos maliciosos

Superiberia

Aunque el primer sistema de códigos QR vio la luz en 1994, el éxito de la idea a gran escala y su fusión global llegaron en 2002, hace ahora 20 años, cuando aparecieron los primeros lectores móviles.

El nombre QR viene de las palabras en inglés ‘Quick Response’, son códigos de respuesta rápida que un teléfono puede descifrar en pocos segundos. Son parecidos a los códigos de barras y para decodificarlos, se puede utilizar un escáner de mano o una aplicación de escaneo de códigos QR del smartphone. Los códigos de barras son patrones de rayas a lo cebra con números escritos debajo que necesitan un dispositivo de escaneo para poder decodificarlos. Un código de barras de supermercado se compone de líneas verticales, en cambio, los códigos QR codifican información vertical y horizontalmente, aunque, por supuesto, existe un límite en la cantidad de información que se puede incluir en ellos.

Mediante estos códigos “podemos consultar las comidas y bebidas en un bar, acceder a ofertas de un establecimiento; registrarnos en una página web cuyo contenido nos interesa; o llegar a una plataforma de pago de una compra”.

Los códigos QR nacieron con un propósito muy similar al de los códigos de barras: para los supermercados. En la década de los 60, Japón estaba experimentando un notable crecimiento económico, y los supermercados pasaron de vender solo alimentos a añadir también ropa y una variedad de productos básicos. Antes de que nacieran los códigos de barras, los cajeros tenían que ingresar manualmente artículos individuales. Para aliviar la creciente demanda de los cajeros de los supermercados, se creó un sistema POS: esto permitía a un ordenador registrar el escaneo de elementos individuales. Pero, a pesar del esfuerzo, no fue suficiente : los códigos de barras solo podían almacenar hasta alrededor de 20 caracteres alfanuméricos de información y funcionaban con una dimensión. La empresa Denso Wave entró en este proyecto y realizó un código 2D, un código con dos direcciones de codificación. Masahiro Hara, líder de la empresa, pensó en crear un cuadrado para añadir toda esta información. Era un formato manejable, permitía aportar información codificada tanto horizontal como verticalmente. Denso Wave lanzó su código QR en el año 1994 y, poco a poco, se extendió como la pólvora. El primer uso fue en Japón, en un letrero. Descubrieron la versatilidad que ofrecía y comenzaron a utilizarlo para todo. En el 2000 se agregaron los códigos QR a las normas internacionales ISO, lo que hizo que casi todo el mundo empezase a utilizarlos, y más tarde con la fabricación de los smartphones ha crecido todavía más.

Como estos códigos solo muestran un gráfico que debe ser escaneado para enterarnos dónde nos enviarán, han sido aprovechados por estafadores y hackers para infectar nuestros dispositivos, es por esto que te damos 5 consejos para que evites caer en la trampa.

Piensa detenidamente si realmente necesitas escanear el QR, si se trata de una dirección web, una red social o una aplicación, podría ser mejor buscarla en Google.

Analiza donde se encuentran estos símbolos, usualmente lugares como parques o zonas públicas son aprovechadas por hackers para dejar sus códigos maliciosos.

Comprueba la superficie donde está impreso, algunas veces podrían ser pegatinas sobrepuestas en un anuncio.

Ten cuidado con las URLs acortadas, servicios como Bitly reducen el tamaño de los links y enmascaran su ‘slug’ o dirección url, esto podría ser aprovechado para dirigirte a sitios desconocidos.

Evita descargar aplicaciones desde códigos QR, los ciberdelincuentes pueden clonar y falsificar sitios web con facilidad, por lo que se aconseja descargar siempre las aplicaciones desde una tienda o ‘marketplace’ oficial. 

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