Yanga.- Una de docena de familias sobreviven como pepenadores en una ex chatarrera ubicada a un costado del entronque de la carretera Yanga-Cuitláhuac.
Hombres, mujeres y hasta niños, son quienes se ocupan diariamente de buscar entre los escombros para extraer diversos materiales, como metales, piezas automotrices, cables y, en última instancia, plásticos, que después les servirán para venderlos a las recicladoras.
Don Arturo, de 70 años, escarba con un pico y va sacando piezas enterradas, las cuales limpia con sus manos y clasifica en un costal.
“Aquí no es basurero, antes era una chatarrera, pero los dueños se llevaron todo y ahora solo quedaron costales, bolsas y basura, pero también hay uno que otro fierro que nos puede servir para vender por kilo”, comenta mientras mira a su alrededor a otras personas, de quienes dice no son sus familiares.
Alicia Santos, una mujer de 54 años, acude desde temprano con sus 2 hijos para ir buscando entre los escombros y llevarse tuercas, tornillos, clavos y una infinidad de piezas.
“No es mucho lo que se saca, pero cuando menos para el pan sí sacamos, este material que juntamos lo vamos a vender al fierro viejo; no sabemos quién sea el dueño del terreno, pero como todo está abandonado, venimos a buscar lo poco que podemos para ayudarnos”, expresa la mujer, sin dejar de esculcar entre los residuos, ayudada por sus hijos, a quienes instruye desde pequeños en este modo de subsistencia.
Antonio Osorio
El Buen Tono