Xalapa.- Un año bastó para que la vida de Rafael de Jesús Luna Roldán cambiara de ser la de un niño sano, deportista y de buena talla, a la de un enfermo que consume 22 pastillas diarias y se tiene que inyectar cada tercer día antibióticos, antiinflamatorios y una larga lista de medicamentos.
Se trata de uno de los 22 niños enfermos por los efectos contaminantes de una fosa séptica en la telesecundaria Héroe de Nacozari.
Además de la salmonelosis que lo aqueja desde mediados de 2013, ahora le fue detectada una fuerte infección en los riñones (pielonefritis crónica bilateral) y el intestino.
Cansado de hablar con reporteros que lo buscan para conocer su historia y la razón del brote de infecciones entre alumnos de su escuela, Rafael de Jesús dice: “Para qué quieren que siga hablando si las autoridades ni hacen nada y a mi en la escuela me dicen que soy un chismoso, que no tengo nada”.
FUENTE: PLUMAS LIBRES