Una caída en los precios de la gasolina y los autos usados desaceleraron la inflación de Estados Unidos en agosto por segundo mes consecutivo, informó el Gobierno el martes.
Los precios al consumidor aumentaron 8.3 por ciento en agosto en comparación con el año anterior. Aunque sigue siendo dolorosamente alto, fue inferior al salto de 8.5 por ciento en julio y al máximo de cuatro décadas de 9.1 por ciento en junio. Sobre una base mensual, los precios subieron 0.1 por ciento, después de una lectura sin cambios en julio.
La inflación subyacente, es decir la que excluye los rubros volátiles de alimentos y energía, fue de 0.6 por ciento entre julio y agosto, más de lo que vaticinaban muchos expertos y prueba de que perduran las presiones inflacionarias.