Agencia
Xalapa.- Para muchas personas, lo que se comía antes era mejor, pero no se debe generalizar, hay variables importantes para tomarse en cuenta, entre ellas tiempo, espacio, ambientes, genética, migraciones, adaptación, entre otras factores.
La investigadora del Instituto de Antropología de la Universidad Veracruzana (UV), Margarita Meza Manzanilla manifestó lo anterior e indicó que “lo que hay son muchos libros comerciales donde los saberes de las poblaciones antiguas se han malinterpretado y se han generalizado”.
Añadió que parte de esa bibliografía no toma en cuenta los estilos de vida que las poblaciones antiguas tuvieron, “solamente hablan de los alimentos que ingerían”.
La antropóloga física participó en el segundo día de actividades del Primer Coloquio Internacional “Alimentación en México y América Latina. Problemáticas actuales y alternativas a futuro”.
“La alimentación antes de la agricultura”, fue el título de la conferencia; como introducción al tema, precisó que desde 2014 algunos investigadores propusieron retomar la dieta “paleo” o “arcaica”, es decir, lo que las personas comían antes de establecer la agricultura como tal.
Dio a conocer que algunos lo fechan hace 200 mil años y otros que tiene 10 mil, hay diferencias.
En ese entonces, los seres humanos se dedicaban a la recolección, caza y pesca, indicó.
Historia
Refirió que Clark Spencer Larsen, al estudiar a los primeros pobladores sostiene que, por ejemplo, cuando inicia la agricultura, el comer determinados granos domesticados provocó de forma continua y repetitiva algunos tipos de caries que anteriormente no se presentaban. Incluso, documentó la disminución de la estatura.
La propuesta de retomar la dieta paleo viene de investigadores de Estados Unidos, España, Francia, incluso de México, y citan como básico revalorarla para enfrentar diversos problemas que se padecen actualmente, entre ellas la diabetes y obesidad, así como la pérdida de diversidad biocultural.
La académica detalló estudios y análisis que al respecto se realizan e insistió en que la propuesta de regresar a los alimentos de los primeros pobladores no toma en cuenta otros factores, como la adaptación a los recursos naturales del entorno que aquellas personas experimentaron ni la genética de los grupos, tampoco el ambiente ni los estilos de vida.
“El movimiento que tenían los grupos de cazadores recolectores, la inversión de tiempo que hacían para conseguir cada recurso, la división que tenían para obtenerlos, a lo que tenemos ahora como actividades, es lo que debemos tomar en cuenta cuando se asocia que comer en la antigüedad era más sano”, manifestó la ponente a los asistentes.