DE LA REDACCIÓN
el buen tono
ORIZABA.- A pesar del llamado que han hecho investigadores por el daño causado del cambio climático y la escasez de agua en muchas partes del mundo a consecuencia de las ondas de calor, nada se ha hecho para contrarrestar las afectaciones.
En el caso de Veracruz, el gobernador Cuitláhuac García Jiménez poco le ha importado la desforestación en el Pico de Orizaba, considerada la principal fábrica de agua que ha sufrido los embates de la mano del hombre, lo que ha provocado la pérdida de dos glaciares.
Los especialistas del clima a nivel mundial han alertado sobre el aceleramiento del cambio climático y eso se nota en el volcán, donde las condiciones particulares de la zona de las Altas Montañas y la planicie costera ya han dado muestras de la extinción del último glaciar que es el Jamapa y que según los cálculos matemáticos, solo le quedarían nueve años de vida.
Aunque el llamado de los ambientalistas que anunciaban el daño por el cambio climático desde 1988 no ha sido escuchado y las autoridades estatales no han asumido el compromiso real y sólo sus campañas de reforestación sirven para posar la foto sin que se dé seguimiento al crecimiento de la planta.
Pese al llamado de aplicar acciones inmediatas de preservación y reforestación en el volcán más alto del país, las autoridades se han mostrado indiferentes y no les ha interesado generar ese cinturón de humedad que permita que las condiciones climatológicas propias del Pico de Orizaba dieran mayor preservación del glaciar.
De acuerdo a los ambientalistas, es necesario sembrar al menos 20 millones de árboles al año en el volcán, nada se ha hecho al respecto.
Las dependencias estatales, como la Secretaría de Medio Ambiente (Sedema), no figuran en atender el tema del combate a la tala ilegal en la zona del Parque Nacional, la PMA con un titular que se dedica a perseguir a empresarios bajo el argumento de que operan al margen de la ley y de estar cuidándole las espaldas a su hermano en Ciudad Mendoza, dejan mucho que desear; cuando bien podrían destinar los recursos humanos y económicos en empezar a trabajar para frenar un poco el aceleramiento de la pérdida del glaciar Jamapa, el único que da agua al estado de Veracruz.