Pensilvania.- Pese a todos los éxitos conjuntos que interpretaron Beyoncé y Jay-Z -la irresistible y pegadiza “Crazy In Love” , el himno del contoneo “Upgrade U” y la rítmica “Drunk In Love” – fueron sus emotivas canciones en solitario las que demostraron fuerza y resiliencia de su colaboración como dúo durante su gira On the Run.
En su concierto del sábado por la noche en Filadelfia los artistas parecían tener una conversación a través de las canciones. Beyoncé pasó de una roquera versión de “If I Were a Boy” a una versión del “Ex-Factor” de Lauryn Hill, que repetía la frase “Why won’t you cry for me?” (“¿Por qué no lloras por mí?”) .
Jay Z respondió con su tema de 2002 “Song Cry” , que comienza con la frase “I can’t see them coming down my eyes, so I got to make the song cry” (“No puedo verlas caer por mis ojos, así que tengo que hacer que la canción llore”) .
Estas interpretaciones llenas de sentimiento y emoción fueron bien recibidas, dado que “Jayoncé” es la pareja más reservada del pop. Y en concierto parecieron mostrarse por completo a través de las canciones.
Beyoncé siguió interpretando los versos de Justin Timberlake en “Holy Grail” , mirando directamente a Jay Z y cantando como si la letra se hubiera escrito para ella.
La transición de “Why Don’t You Love Me” a “Holy Grail” fue una de las orquestadas a la perfección, en las tres docenas de canciones -algunas en fragmentos- que interpretaron para un enfervorecido público en el estadio de 40 mil asientos.
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