Juan José Enríquez
el buen tono
Orizaba.- Familiares, amigos y vecinos, acompañaron a su última morada al pequeño Alan Fernando, quien fue asesinado por la pareja sentimental de su madre, la cual convalece en un hospital después de haber sido atacada por el hombre.
Entre aplausos y sollozos, mujeres, hombres y niños dieron el último adiós al pequeño a quien recuerdan como alguien respetuoso y atento, pero además con aspecto triste.
La misa de cuerpo presente la ofició el sacerdote Antolín Bernardi Castelán, quien elevó sus oraciones por el eterno descanso del pequeño.
El féretro partió de la capilla del Inmaculado Corazón de María hacia el panteón Juan de la Luz Enríquez, donde fueron sepultados los restos mortales del menor.
El cortejo fue acompañado de cantos religiosos y llanto, para así despedir a Alan Fernando, el niño de 12 años que murió a golpes con un zapapico por defender a su madre de una golpiza que le propinaba la pareja sentimental de la fémina. El niño fue asesinado la tarde del martes en el interior de su vivienda a manos de quien se decía era su padrastro.
Cerca de un centenar de personas acudió a darle el último adiós; sin embargo, durante el sepelio, exigieron justicia por él y lanzaron consignas en las que pedían el inmediato esclarecimiento del infanticidio y se castigue con todo el peso de la ley a Luis Ángel, quien le arrebató la vida al menor
cruelmente.
Despedida
Una vecina, enfundada en un vestido color negro con flores azules, se acercó al féretro que tenía en su interior el cuerpo inerte del inocente y con lágrimas, con la mano derecha en el ataúd y la otra hacia el corazón, le expresó: “ay mijito chulo, ve con Dios, mi niño”, besó la caja, se persignó y se retiró.
Cuadros como éste se vivieron y sintieron al grado que algunas mujeres expresaron “se me pone la piel de gallina”.
Llanto, caras tristes. Rostros incrédulos por el hecho. ¡Justicia!… Palabra que retumbaba en la mente de los que acompañaban el cortejo. ¡Qué justicia más que la divina! Se alcanzará en memoria de quien en vida se llamó Alan Fernando.
Pero a nadie del DIF cesaron por no haberse asegurado del maltrato que tenía el niño y lo regresan a vivir con esa familia a que lo mate con pico y pala su padrastro, pero de estos crímenes al Gobernador le vale México.
