in

Niño sufría depresión

Superiberia

Juan José Enríquez
El Buen Tono

ORIZABA.- En la casa marcada con el número 29 de la Unidad Habitacional Ojo de Agua-Canacintra de la colonia Rafael Alvarado, de Orizaba, donde vivía el pequeño Alan, la cual está sellada por la Fiscalía como escena del crimen, resaltan dos dibujos a lápiz de colores donde se observan figuras de una familia; tal vez, la que siempre quiso tener el menor.

En la vivienda se pueden observar dos manos en pintura roja, que en unas de sus tanta travesuras de niño, Alan dejó impresas.

Resaltan sendas cintas amarillas de la Fiscalía para evitar ingresar al inmueble. Los vecinos pasan. Observan y se persignan. Nadie se imaginaba que en esa casa ubicada en una esquina del retorno 2, un niño habría de morir.

Alan Fernando Ortega Regino a sus 12 años sufría de depresión. Esa enfermedad se acentúo después de que el DIF lo reintegró con su mamá. Vivía entre la tristeza y la desesperación. Tenía unos muñecos de los que se quería deshacer porque decía que ya nunca volvería a jugar.

Hoy, Alan es velado en la capilla del Inmaculado Corazón de la Unidad Habitacional Ojo de Agua-Canacintra, a media cuadra de donde vivía.

El menor fallecido fue reclamado por una tía que sería la encargada de realizarle los ritos funerarios.

CANAL OFICIAL

Tendrán beca 250 alumnos

Cae asesino