AGENCIA
CDMX.- Arte sacro, urnas con limosnas, objetos litúrgicos, instrumentos musicales o incluso letras de bronce son algunos de los objetos que los criminales hurtan en templos católicos y cristianos-evangélicos, delitos que se han incrementado en la última década.
De acuerdo con datos del Centro Católico Multimedial (CCM), cada año mil 400 iglesias, 12% de las más de 11 mil que hay en el país, registran robos y daños a su patrimonio, e incluso lesiones y homicidios en su interior.
Los delincuentes y el crimen organizado han encontrado en los templos, sacerdotes y pastores una fuente de ingreso a través de la extorsión. Las amenazas para pedir dinero en efectivo se hace directamente a los ministros de culto, alertan religiosos.
Omar Sotelo, director del CCM, y Arturo Farela, presidente de la Confraternidad de Iglesias Cristianas Evangélicas (Confraternice), coinciden en que el cobro por derecho de piso a los recintos religiosos es una modalidad de extorsión que afecta a religiosos y a laicos.
El sacerdote detalló que en estados como Tamaulipas, Jalisco, Guerrero, Chiapas o Morelos, los delincuentes quieren instrumentar el cobro del derecho de piso; reconoció que muchos párrocos no interponen denuncias porque no proceden o es una pérdida de tiempo.
SIN DENUNCIAS
El pasado jueves 30 de junio en la conferencia matutina se le preguntó al presidente Andrés Manuel López Obrador si estaba enterado de que en Jalisco algunos religiosos están denunciando que el crimen organizado también cobra derecho de piso a las iglesias para que puedan seguir laborando y ofreciendo sus servicios religiosos.
López Obrador respondió que no sabía de ellos y que había que corroborar y el subsecretario de Seguridad Federal, dijo que no había denuncias al respecto.