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El Buen Tono
Chilpancingo. – Por no callar y dar a conocer las crueldades de las organizaciones criminales y de políticos sacerdotes y ministros de culto han sido atacados y asesinados afirma el obispo emérito de la Diócesis Chilpancingo – Chilapa, Salvador Rangel Mendoza.
“La primera vez que me relacioné con los narcos fue porque me dieron la noticia de que iban a matar a un sacerdote. La hermana de un sicario le avisó a un sacerdote, éste pudo contactar a la hermana del jefe y acordamos una reunión. Al otro día muy temprano, sólo con una religiosa me fui a la Sierra para hablar con este señor. Ahí le pedí que me dejara sacar al sacerdote, que no lo mataran. Le expliqué que se iban a echar encima a la gente, al gobierno y afortunadamente me dejaron sacar al sacerdote”
“Por hablar de las crueldades que hacen los narcotraficantes y a ellos les molesta. Pero una cosa importante, lo que le gusta más al narco, como al gobierno, es que no hablemos. Les molesta que hablemos, que los descubramos. Pero esa fue mi tarea, decir los errores del gobierno de Guerrero y del narco”, dice.
Al obispo le preocupa que las autoridades sean tolerantes con los criminales; la estrecha relación entre políticos y criminales y el permiso que se está dando a los grupos delictivos para someter a la población.