Eran como las 9:30 horas del 6 de mayo, cuando la madre de Susan Martínez, recibió una llamada de la escuela intermedia Thomas A. Edison al sur de Los Ángeles, para avisarle que su hija se había puesto mal y necesitaban ir con urgencia.
“Cuando llegamos a la escuela, me enteré que mi hija de 14 años había consumido unas botanas en forma de galletas de pescaditos que contienen mariguana”, relata Mary Hernández, madre de Susan, estudiante de octavo grado.
“Encontré a mi hija con vómitos, los ojos volteados, temblando y sin fuerzas siquiera para pararse. Intenté abrazarla, pero los paramédicos me dijeron que no lo hiciera. Tenía el corazón muy acelerado y la presión muy alta. Yo estaba muy asustada”.
“Me dijo que ella siempre miraba a un grupo de compañeras comiendo las galletas con mariguana en forma de pescaditos así como otros chips enchilosos a las que les llaman ‘takis’ que también contienen la droga”.
El 6 de mayo decidió probarlas y terminó en el hospital. “El doctor me dijo que seguramente a mi hija ese tipo de botanas no le iban a caer bien. Pero también me comentó que con frecuencia, muchos estudiantes eran llevados al hospital, tras consumir las botanas con mariguana”.