Juan José Enríquez
el buen tono
REGIÓN.- De acuerdo con el coordinador del Centro de Ciencias de la Tierra (CCT) de la Universidad Veracruzana (UV), Carlos Manuel Welsh Rodríguez, el impacto del cambio climático ha generado que se hayan perdido varias especies de peces, anfibios y aves.
El investigador dijo que con base en las estadísticas de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza, en 1992 se tenía registrada la pérdida del 25 por ciento de especies de peces en el mundo, índice que para 2021 ascendió al 37 por ciento.
Precisó que la extinción de mamíferos es del 26 por ciento, de anfibios el 41 por ciento y de aves el 15 por ciento, estas mueren en el trayecto de sus migraciones, debido a que los corredores naturales han dejado de estar conectados, propiciando que no tengan un lugar para descansar.
Refirió que los dos polos de la Tierra están registrando altas temperaturas, han llegado a los 30 grados, mientras que National Geographic documentó la presencia de flora en ellos.
Añadió que Piers Forster del Grupo Intergubernamental de Expertos en Cambio Climático, reconoció que hay personas en el mundo que ya están muriendo por el CC, asociado a que sus fuentes de alimentación
están ya agotadas.
También citó que recientemente Ana Cecilia Conde Álvarez sostuvo que ya es inequívoca la influencia humana en el CC y que existe suficiente evidencia para afirmar que el ser humano es responsable de lo que está pasando.
Agregó, además, que Linda Meams, del Centro Internacional de Investigación Atmosférica de Estados Unidos y líder en el tema de modelación del bióxido de carbono, aseguró que el incremento de la temperatura está siendo la causa de eventos
extremos severos.
Por su parte, la investigadora Beatriz Torres del Centro de Investigaciones Tropicales, expuso su trabajo sobre huella de carbono que, definió, es la totalidad de emisiones de gases efecto invernadero que se producen por la actividad humana.
Se pronunció porque se priorice la descarbonización a una velocidad y escala proporcional al problema, y que se trabaje para reducir los patrones de producción y consumo; “la crisis climática debe ser enfrentada a partir de la articulación radical de lo científico y lo social; tenemos que trabajar en generar y mejorar las estrategias de educación y comunicación para hacer frente a la crisis climática en su dimensión y emergencia”.
Como propuestas planteó: incorporar los efectos del CC en la planeación y gestión de los recursos hídricos; acciones puntuales a partir del manejo integrado de cuencas (alta, media y baja); promover el uso de sistemas de captación de agua pluvial a nivel residencial, de comercio y servicios, a fin de que la población se vuelva más autónoma en materia de gestión de recurso hídrico.
En cuanto a desafíos, consideró: acabar con la indiferencia institucional; generar mejor y mayor acción educativa para comprender la complejidad del CC; propiciar trabajo inter y transdisciplinario que integre la investigación y la vinculación en problemas locales asociados a crear alternativas de mitigación y adaptación del CC en diversas áreas; realizar acciones individuales y colectivas de cambio en el estilo de vida para reducir el consumo, con una dirección hacia la descarbonización de las actividades humanas; visualizar a la universidad y los universitarios como actores principales de este cambio; construir un currículum de emergencia ante la crisis climática.