ANDRÉS TIMOTEO
el buen tono
CÓRDOBA.- Las pifias se acumulan en el ayuntamiento de Córdoba y no es por falta de aprendizaje sino por pazguatos. El alcalde Juan Martínez Flores si bien es la primera vez que funge como titular de un Cabildo tampoco es nuevo en la política, pues desde hace tiempo anda metido en la grilla. Ya fue diputado federal y desde febrero del año pasado, cuando fue designado como candidato de Morena, se inmiscuyó en los asuntos municipales, tanto en las necesidades de la ciudad como en el mecanismo para atenderlas.
Durante la campaña recorrió colonias y comunidades ofreciendo soluciones y luego, tras ser electo en junio, volvió a reiterarlas. De junio a diciembre fueron seis meses en los que, se supone, debió pulir su plan de trabajo que en los cuatro meses previos -durante la precampaña y la campaña formal- había ofrecido.
Entonces, ¿por qué su gestión sigue dando tumbos a casi cien días de instalada? Las peripecias se acumulan y algunas hasta han suscitado escándalos y sospechas. Para empezar su laxitud para con los anteriores funcionarios retrasando la revisión de lo que le heredó la panista Leticia López Landero, escondiendo las “justificaciones” por escrito que presentaron al cabido los exfuncionarios requeridos -cuando debería hacerlas públicas, subirlas a la página de transparencia del ayuntamiento – y tolerando las obras públicas deficientes, inconclusas y hasta con inminente saqueo financiero que recibió.
¿Alguien sabe si avanza la obra del libramiento vial llamado “paso a desnivel”, de Las Estaciones?, ¿si ya se concluyeron los trabajos de remodelación del Mercado Revolución? Ninguna de esas dos obras tiene punto de solución, ni en lo físico -su conclusión- ni en la fiscalización para efectuar una verdadera auditoria y proceder conforme a las leyes. Tan solo en esos dos proyectos hay involucrados más de 100 mdp y que al parecer se fue al caño de la corrupción. ¿Cuántas denuncias penales ha presentado el edil?, ¿hay algún ex funcionario investigado judicialmente? Ninguna y ninguno.
No solo son los asuntos del pasado sino también los que realiza los que generan suspicacias: la renta de camiones recolectores de basura sin licitación, a un costo elevadísimo y a una empresa que nadie conoce, la contratación de personal identificado con la ex alcaldesa y con ex funcionarios duartistas, fidelistas y yunistas, algunos con sueldos estratosféricos, y el anuncio de obras de relumbrón como otra remodelación al parque 21 de Mayo.