Juan José Enríquez
El Buen Tono
Orizaba.- Ante la incompetencia mostrada para dar a conocer la verdad y hacer justicia en el caso de la muerte de Ernestina Ascencio Rosario, mujer indígena de Soledad Atzompa, que fue violentada presuntamente por elementos del Ejército Mexicano, debe ser un ente diferente a la Fiscalía General del Estado quien realice una investigación, demandaron diferentes organizaciones de
activistas.
Y es que de acuerdo con la Coordinadora Nacional de Mujeres Indígenas, Kalli Luz Marina y el Centro de Estudios Municipalistas “Heriberto Jara”, la situación es resultado de una cadena de hechos de violencia y discriminación perpetradas por instituciones estatales de alto nivel, a fin de ocultar lo sucedido y con ello se ha evitado castigar a los culpables.
Los activistas aseguraron que lo único que se conoce es lo que publicaron los medios de comunicación en 2021, de ahí que la Comisión Interamericana de Derechos Humanos emitiera una nueva recomendación e informe especial, debido a que reconoció las irregularidades cometidas en el caso tanto por el personal que llevó a cabo la investigación ministerial, como por parte de la CNDH, los cuales concluyeron que doña Ernestina sí fue víctima de violencia sexual y recomendaron a la Fiscalía General de Justicia del Estado de Veracruz, reabrir la investigación.
“Ante tal medida reiteramos el rechazo de que sea la Fiscalía General de Veracruz, quien reabra la investigación, pues su intervención en los hechos denunciados ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, la descalifica para ello”.
Sostienen que únicamente mediante una investigación independiente será posible conocer la verdad de lo ocurrido, identificar a los responsables de la violencia y discriminación que ocasionó la muerte de Ernestina y que orquesta la impunidad de los perpetradores y la opacidad de los hechos.
Mencionaron, finalmente, que con lo anterior se permitirá conocer la verdadera dimensión de las consecuencias ocasionadas a la familia y comunidad de Ernestina Ascencio Rosario, así como las mujeres indígenas y a toda la sociedad, “es algo que está pendiente”.