Científicos italianos y egipcios confirmaron en 2016 que la hoja de la daga que fue encontrada junto a la momia del célebre faraón de la dinastía XVIII procedía de un meteorito. Se aclaraba así un debate abierto desde el descubrimiento de la tumba en 1922 por el arqueólogo británico Howard Carter.
Aquel puñal de hierro había llamado poderosamente la atención de los arqueólogos porque apenas se han encontrado objetos egipcios de hierro. Tutankamón reinó durante la Edad del Bronce final, antes de que se generalizara el uso de este material en la conocida como Edad del Hierro. Y sin embargo, la calidad de la manufactura de la daga indicaba que su artífice dominaba la técnica.
Investigadores japoneses del Instituto Tecnológico de Chiba llevaron a cabo un análisis químico no destructivo de la daga en el Museo Egipcio de El Cairo en febrero de 2020 para tratar de averiguar cómo fue fabricada y su origen. Sus resultados, publicados en la revista ‘ Meteoritics & Planetary Science’, revelan que la hoja se fabricó mediante forja térmica a baja temperatura y que la empuñadura de oro fue adherida con yeso de cal.
«Dado que el uso del yeso de cal en Egipto comenzó durante el período ptolemaico (305-30 a. C.), la empuñadura de oro con contenido de Ca (calcio) insinúa su origen extranjero, posiblemente de Mitanni, Anatolia, como sugiere una de las cartas de Amarna que dice que una daga de hierro con empuñadura de oro fue un regalo del rey de Mitanni a Amenhotep III, el abuelo de Tutankamón», explican los expertos Takafumi Matsui, Ryota Moriwaki, Eissa Zidan y Arai Tomoko.