Los llamados acuerdos de Minsk de 2014 y 2015 buscaban poner fin a la guerra en la región de Donbas, en el este de Ucrania, entre las fuerzas oficiales y los separatistas de habla rusa en las áreas en disputa de Donetsk y Lugansk.
En 2014, los representantes de Ucrania y los separatistas rusos acordaron un alto al fuego de 12 partes en Minsk, la capital de Bielorrusia. El acuerdo incluía un intercambio de prisioneros, asistencia humanitaria y la retirada de armas pesadas de la zona en disputa.
Pero el acuerdo se rompió rápidamente después de que ambas partes violaran los términos.
Las dos partes volvieron a intentarlo en 2015, esta vez con la participación de representantes de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE).