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Persiste el riesgo

Superiberia

Chocamán.- Persisten los degajamientos en el cerro Tlalchinoltepetl y la gente que se vio afectada desde el mes de mayo por los deslaves en Calaquiaco sigue sin recibir ayuda.

Tras un recorrido por la zona, se pudo notar como el cerro se sigue desgajando por las intensas lluvias que han azotado la zona, hay deslaves que se pueden ver desde la cabecera municipal, y no son precisamente pequeños; al recorrer de manera más exhaustiva el área, se conoció de otro deslizamiento a poca distancia y que no se aprecia a simple vista.

La devastación que desde el mes de mayo se dejó sentir en este lugar es más que visible, así como la impotencia de varios campesinos que vieron afectadas sus cosechas de plátano, chayote y café, a consecuencia de las granizadas, lo que ha generado pesimismo en los agricultores, quienes ven pocas esperanzas para su cosecha.

Al entrevistar a algunos de ellos sobre si alguna autoridad los había ayudado o tenían algún plan de contingencia por parte del Ayuntamiento, contestaron que en ningún momento se han visto beneficiados con apoyos, y las ocasiones en que se han puesto de acuerdo para solicitarlo al Ayuntamiento, el mismo se los ha negado, pretextando falta de recursos.

“Se me ha hecho muy difícil seguir con la cosecha (chayote), esta es la segunda vez que la levanto en lo que va del año, por las granizadas voy muy atrasado, esta como espantada la mata, en Cosco y otros lugares  ya están empezando a cosechar, nosotros seguimos batallando para que crezca”, comentó un campesino. Señaló además que debido a esto ya no cuentan con los recursos necesarios para seguir. “Mínimo se tiene que fumigar una vez por semana y lo estoy haciendo una vez cada quince días pues es caro, entre 400 y 500 pesos por hectárea”.

En Calaquiaco, la historia no es distinta, ya que buena parte de las familias afectadas por los aludes de tierra en el mes de mayo retornaron a sus casas, y aunque sus vidas prosiguen normalmente, no han visto un apoyo real por parte del Ayuntamiento. Una afectada por el deslave relató que perdió su cocina y una borrega.

Afirmó que a pesar de que Protección Civil y el Ayuntamiento les brindaron albergue y comida, además de que el presidente municipal, Lucio Rojas, los visitó para ofrecerles ser rebuscados a un lugar más seguro a cambio de dejar sus tierras, nunca les aclaró si les daría la misma cantidad de tierra para sembrar en la nueva ubicación; por ello, la mayoría se ha negado a su reubicación, pues la mayoría de la población vive de lo que siembra.

Los habitantes consideran que si se les reubica en una parte más baja y no se les proporciona la misma cantidad de tierra, tendrían que viajar todos los días a trabajar en sus parcelas, lo que les generaría gastos de transporte que, actualmente, no realizan, ya que tienen sus siembras al respaldo de sus casas o a poco tiempo de las mismas.

Dieron a conocer que hace unos días, fueron unos geólogos a la zona, pero el Ayuntamiento no les ha comentado nada acerca de los estudios o la seguridad de la tierra, pues desde el día de los deslaves, la única platica que se llevó a cabo consistió en decirles que, en caso de lluvia intensa por más de 30 minutos, tendrían que evacuar el área y dirigirse al albergue mas cercano a su vivienda.

Aún se pueden apreciar en la zona los restos de la cocina que se llevó el alud de tierra, mismo que no han sido removidos, metros más abajo se ve un sillón a las orillas del camino, esto demuestra que no hay interés por parte de las autoridades, para brindar el apoyo a la gente que vive a las faldas de este cerro.

 

Irvin Marcel

El Buen Tono

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