El escenario para las reformas de la federación está a la vuelta de la esquina.
Y Veracruz no es la excepción.
Con anterioridad lo señalé y el contexto sigue igual.
El próximo Gobernador del Estado será elegido por un periodo nada más y nada menos que de cinco años.
Y es que con este tema los veracruzanos mucho hemos especulado sobre un gobernante de dos años para homologar los cambios políticos de Enrique Peña Nieto a la voz de ya.
Pero resulta que un periodo tan corto no es atractivo ni para los electores, ni mucho menos para el desarrollo del estado.
Dos años de gobierno de mandato constitucional es una pérdida de tiempo, de dinero y sobre todo de esfuerzos, y más aun con la crisis económica actual que no permitiría en este pequeño ciclo una sana recuperación del próximo gobierno.
No, no será de dos años, ni serán seis, o de cuatro, hasta el momento todo parece indicar que el próximo mandato veracruzano será un quinquenio.
Así que ya sean los Yunes azules, el pinto o el colorado todos ellos tendrán que ir preparando sus propuestas de gobierno por un lustro e ir acomodando los esquemas para dar un mayor impacto social.
Con estos cinco años de ejercicio estatal, los sacrificados en la próxima elección serán los diputados locales.
Ya que para emparejar esta impetuosa reforma y obligados nivelarse con una elección federal los próximos diputados serán electos por un periodo de dos años y nada más.
Con esto la próxima legislatura cesará en el 2018, año en que el presidente de la república finiquita su gestión y sus responsabilidades con los mexicanos.
Así pinta el panorama electoral futuro.
Gobernador de cinco años, diputados locales de dos, así como los próximos alcaldes nuevamente serán de cuatro.
Después de todo este embrollo, la cosa se vendrá a reordenar en el año 2021, fecha en la que finalmente los veracruzanos estaremos homologados por completo con la república.
No cabe duda que los jarochos hablamos rápido, pero en otras cosas somos lentos, pero eso sí, siempre seguros.
Así que sin especulaciones, hay que ir haciendo nuestras apuestas para ver quién será nuestro próximo histórico gobernador.
DUARTE, SILVA Y LA PRENSA
El 7 de junio fue una vez más la consolidación de la relación de los medios de comunicación con el gobernador Javier Duarte de Ochoa.
Quedó en el olvido lo de los consentidos de Gina Domínguez, quedó en el olvido la ríspida relación que presumiblemente existía entre el gobierno de Veracruz con los integrantes del cuarto poder.
Alberto Silva Ramos demostró que es un funcionario verdaderamente prospero y que desde cualquier trinchera ofrece resultados.
El 7 de junio quedó de manifiesto que Beto Silva es un hombre de estado y que logró reestructurar a la Coordinación General de Comunicación Social.
Y lo principal, quedó confirmado que Javier Duarte de Ochoa es un gobernante abierto a las criticas, a los señalamientos y que respeta el libre ejercicio periodístico.
En hora buena, y que esta luna de miel sea eterna.
A sus órdenes.
@IvanKalderon
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