Orizaba.- Una vez más la devoción de miles de feligreses a la virgen de Guadalupe quedó de manifiesto ayer cuando acudieron a la parroquia de La Concordia para cantarle, rezarle y presentarse a niños para que los bendijera.
Desde muy temprano familias enteras llenaron las principales calles de la ciudad en peregrinaciones con el fin de pasar a unos metros de la Virgen para agradecer lo que ha hecho por ellos a lo largo del año que está a punto de terminar.
Es el caso de la familia Castillo Fernández, quienes llevaron por primera vez al pequeño Christian de cuatro días para presentárselo a la Morenita y agradecerle que su nacimiento se diera sin ningún problema.
El pequeño recibió la bendición del sacerdote y una salpicadita de agua bendita que rociaron los seminarista entre los pequeños que llevaban la indumentaria de San Juan Diego.
Por las calles que llevan al santuario de la Virgen del Tepeyac, se podían observar a decenas de menores con sus sombreros y calzón de manta, a muchos parecía no gustarles la idea y lo manifestaban con llanto, otros paseaban felices por el atrio de La Concordia o posaban para la foto del recuerdo que sus padres les tomaban con celulares o cámaras digitales.
Como siempre hubo lágrimas entre los feligreses que llegaron a dar gracias por favores recibidos o a pedir ayuda, “nunca he ido a la Villa a México, pero siento el mismo fervor por la virgencita aquí en mi Orizaba”, dijo una anciana que apenas podía caminar y que se apoyaba de un bastón.
Desde muy temprana hora hasta el anochecer miles de familias de Orizaba y la región se dieron cita en La concordia para postrarse ante la Virgen de Guadalupe.
Omar Celiseo v.
El Buen Tono