Nahúm Bastian
El Buen Tono
CÓRDOBA.- Continúa el robo de tapas de la CFE en la ciudad, en esta ocasión fueron dos las que desaparecieron en la calle 6, frente el gimnasio El Mexicano. Estas cubiertas de acero fundido son hurtadas por personas de escasos recursos, quienes las venden como fierro viejo, lo que se traduce en pérdidas económicas y pueden causar accidentes en la zona.
Tanto en la colonia antes citada como en Las Lomas, Arboledas y el centro de la ciudad, ya es común que los vecinos intenten cubrir los agujeros o señalarlos para evitar accidentes a transeúntes, aunque en su mayoría el daño va directo al bolsillo de los automovilistas, quienes deben pagar los daños a sus vehículos al tener la mala fortuna de toparse con uno de los hoyos.
“Eran como las 18:30 horas, caminaba por una de las calles y un tipo venía directo a mí, sentí que iba a asaltarme, pero la presencia de otros jóvenes en el lugar ahuyentó al sospechoso; sin embargo, no pasó mucho tiempo para que se robara la tapa de una alcantarilla… jamás nos encontramos con una patrulla”, narró un vecino de Arboledas, quien aseguró que la única lámpara que dota de luz a ese sector es la de la capilla, que es muy tenue.
Además de las tapas del servicio de energía eléctrica, también hurtan las rejas metálicas en alcantarillas del drenaje sanitario y pluvial, esto se ha dejado de lado por parte de las autoridades, pese a que se ha convertido en uno de los delitos que más aqueja a los ciudadanos.
“Para los conductores llega a ser además de molesto costoso, porque se descomponen los amortiguadores y se daña la suspensión”, dijo un taxista, quien en más de una ocasión ha tenido la mala fortuna de caer en esas alcantarillas. Lamentablemente este mal gobierno no ha implementado recorridos policiacos que subsanen esta situación y a tan solo unos meses de que termine esta administración, parece que hasta los dedicados a este ilícito saben que no existe mano dura ni la preocupación de la alcaldesa.
No se ha logrado la detención de nadie, pese a que se considera un problema grave, pues su comercialización es en sitios de compra-venta de chatarra, mientras tanto, el problema crece debido a que no existe un inventario de reserva para reponerlas, a esto se suma la pésima actuación de los policías, quienes son señalados de incurrir en actos de abuso de autoridad y de corrupción.