EL EMBLEMA SE ACHICA
En el otoño del 2019, un equipo de geólogos, vulcanólogos y glaciólogos subió hasta la cima de Mont Blanc, la montaña más elevada de Europa ubicada en los Alpes Franceses, para medir su altura y lo que obtuvieron sorprendió a todos pues ésta había disminuido su altitud en unos dos metros. A pesar de que eso encendió las alertas, los científicos decidieron esperar hasta este 2021 para volver a medirla.
A mediados de este septiembre realizaron la misma medición y el presagio funesto se confirmó -y se agravó en comparación con los datos arrojados en la expedición de hace dos años – pues el monte se ‘encogió’ en poco más de una década. Para ser exactos, en catorce años su altitud perdió ¡3.09 metros!. En el 2007 -hasta donde se tenía el registro más estable de su altura- medía 4 mil 810.90 metros y en este 2021 bajó a 4 mil 807.81 metros.
¿Qué sucedió? Los estudiosos dicen que todas las cumbres nevadas varían su tamaño de periodo en periodo debido al engrosamiento o adelgazamiento de las capas de hielo, pero por lo regular son algunos centímetros y en casos excepciones apenas se rebasa el metro, y eso a través de largas extensiones de tiempo – décadas o siglos-. Entonces, disminuir 3 metros en apenas 14 años es algo excepcional y, claro, alarmante.
Lo anterior tiene explicación y es que el calentamiento global está pasando factura. En los Alpes Franceses las consecuencias tocaron al emblema del paisaje alpino. Al Mont Blanc se le llama “el techo de Europa” y el lugar de las “nieves eternas” pero ahora se sabe que éstas no son para siempre como relata el mito. Por cierto, el monte francés le dio nombre a la famosa pluma estilográfica Montblanc de la empresa alemana Montblanc International GmbH, que es considerada una joya más que un bolígrafo.
El precio, en pesos, de este artículo de escritura va desde los 5 mil a los 300 mil en los modelos estándar pero hay piezas valuadas hasta en 5.5 millones de pesos. A esos lapiceros les han llamado “las plumas del poder” porque las usan reyes, presidentes, jeques árabes y magnates multimillonarios para rubricar documentos protocolarios. En la comunidad reporteril hay desde hace años una frase indicadora del comportamiento ético: periodista que firma con Montblanc, periodista corrupto.
A los pies del Mont Blanc está Chamonix, una pequeña ciudad de la Alta Saboya que es un privilegio visitarla tanto por sus centros de esquí como porque algunas de sus áreas parecen atrapadas en el tiempo. Dicha villa es uno de los escenarios de la novela “Frankenstein” de Mary Shelley, cuando el doctor Víctor está persiguiendo su criatura, hecha de retazos humanos, para matarla y terminar con ese error científico. “El Mont Blanc, el supremo e inmenso Mont Blanc, se alzaba muy por encima de las demás ‘aiguilles’ (agujas) y su tremenda ‘dôme’ (domo) dominaba todo el valle”, relata el doctor Frankestein al llegar a Chamonix.
Pero regresando al tema, los hielos del Mont Blanc están menguando a causa del cambio climático y aunque el nevado no se va a derretir en lo inmediato sí está dando señales de que algo se pondrá muy mal en el futuro. Es la cima más elevada del continente europeo aunque tiene casi un kilómetro menos que el Pico de Orizaba pues éste mide 5 mil 675 metros, es decir 867.09 metros más que el nevado francés.
FONDOS Y TRANSAS
Sin embargo, el volcán veracruzano es el que ha resentido mucho más el calentamiento global pues ya perdió dos de sus tres glaciares y el último apenas tiene el 60 por ciento de la magnitud que conservó durante siglos, según los científicos. He aquí un punto de inflexión que debe ocupar a todos más que perderse en el debate ocioso de que si la montaña pertenece a Veracruz o a Puebla pues sus glaciares están por desaparecer. Al Pico de Orizaba lo amenazan tres cosas: el calentamiento climático, la deforestación y la corrupción.
La contaminación ambiental, la quema de combustibles fósiles y la generación de gases de infecto invernadero tienen su ancla en corruptelas gubernamentales, empresariales y ciudadanas. Esa corrupción también hace que se tolere, se ignore y se realice la tala clandestina y el comercio ilegal de la madera, también que se roben los recursos de los programas destinados reforestar los bosques dañados. A nivel estatal hay un caso es emblemático de anterior y es el robo cometido al fideicomiso para remediar la deforestación en las faldas del volcán.
En el 2009, cuando gobernaba el innombrable, la Comisión Estatal de Aguas de Veracruz (CAEV) junto con el entonces Sistema de Agua de Saneamiento (SAS) acordó cobrar a los más de 200 mil usuarios un 1 por ciento del monto de la factura mensual para financiar los llamados servicios forestales, es decir para reforestar el Pico de Orizaba y salvaguardar sus glaciares que son los que alimentan las afluentes del río Jamapa de donde se extrae el líquido que se consume en la conurbación Veracruz-Boca del Río-Medellín de Bravo.
Para ello se creó Fondo Ambiental Pico de Orizaba (FAPO) que terminó como un galimatías de la corrupción. Al principio se manejó que ese fondo iba a ser administrado por una asociación civil en la que participan varias empresas de la zonas centro y costera -entre ellas Tamsa y la cervecería Moctezuma- pero en realidad nunca llegaron los dineros pues se los robaron los funcionarios de la fidelidad y del duartismo.
En el 2016, el alcalde duartista Ramón Poo desapareció el SAS y concesionaron el servicio a la brasileña Odebrecht la cual por medio del Grupo Metropolitano de Agua y Saneamiento (MAS) opera en el puerto de Veracruz y Medellín mientras que en Boca del Río, el panista Miguel Ángel Yunes Marqués entregó la concesión a la española Aguas de Barcelona que a través de su subsidiaria en el país, Grupo Acciona, localmente integró la Compañía de Agua de Boca del Río (CAB).
A través de ese fondo anualmente se recaudan unos 3 millones de pesos y en doce años de existencia debería tener 36 millones de pesos para reforestar los bosques del Pico de Orizaba pero ni un solo peso se ha aplicado en eso. Los “clientes” de los grupos MAS y CAB son engañados con el cuento de que ayudan a salvar los glaciares de la montaña, pero en realidad solo aportan para el caño de la corrupción.
Al FAPO se integraron 26 municipios por donde corre el agua derretida del volcán alimentando los ríos Jamapa y Cotaxtla pues allí se iban a costear programas de recuperación de zonas dañadas por el pastoreo y los incendios forestales y se remediaría la contaminación de las afluentes. Nada se ha hecho, todo es una transa de varios años. Además de Veracruz, Boca del Río y Medellín de Bravo en ese programa estaba – ¿o están?- Alpatláhuac, Atoyac, Calcahualco, Camarón de Tejeda y Carrillo Puerto.
También Comapa, Córdoba, Coscomatepec, Cotaxtla, Cuitláhuac, Huatusco, Ixhuatlán del Café, Ixhuatlancillo, Jamapa, Manlio Fabio Altamirano, Paso del Macho, Sochiapa, Soledad de Doblado, Tepatlaxco, Tomatlán, Totutla, Yanga y Zentla. En ninguno de ellos se ha hecho alguna acción para sanear las afluentes. En resumen, todo es una gran estafa y la corrupción es una de las grandes causantes de la desaparición de los glaciares del Citlaltépetl. Entonces, más que perder el tiempo en discutir la ubicación geográfica del Pico de Orizaba se debería exigir que lleven ante los tribunales a los que se robaron ese dinero.
MÁS HISTORIAS DE CORRUPTOS
Para no variar, otra vez el exgobernador Javier Duarte de Ochoa aparece en las cochinadas a nivel nacional. Ahora en el caso del empresario chiapaneco, Víctor Manuel Álvarez Puga, esposo de la conductora de televisión, Inés Gómez Mont, acusado de ser uno de los ‘reyes de las facturas’ por medio de las cuales se cometió desfalco al erario público por miles de millones de pesos en la última década. Funcionarios del gobierno federal, gobernadores y alcaldes de todo el país se coludieron con Álvarez Puga para robarse el presupuesto.
Duarte fue uno de ellos. En su columna “Estrictamente personal” del miércoles pasado, el periodista Raymundo Riva Palacios señaló que el nexo del veracruzano con Álvarez Puga fue el maestro de éste último, Sergio Castro López, llamado el “rey del outsourcing” otro corruptazo. Castro, oaxaqueño de origen, fue quien en el 2016 le prestó a Duarte la mansión en Guatemala para viviera mientras andaba huyendo de la justicia mexicana. Álvarez Puga, ahora está refugiado en los Estados Unidos pero tiene orden de captura en México, ayudó a Duarte de Ochoa a robar decenas de millones de pesos del erario estatal por medio de facturas y empresas ‘fantasmas’.
Ya en el 2017 se había difundido una primera pista de ese entramado entre los tres monarcas del mal, Castro-Álvarez-Duarte, al filtrarse en la prensa el audio de una llamada telefónica que el entonces gobernante veracruzano hizo en el 2016 a su asesor y exmadatario oaxaqueño, José Murat -padre del actual gobernador Alejandro Murat- para que le ‘consiguiera’ una factura por 30 millones de pesos que tomaría del fondo del Seguro Popular para pagarle a una empresa ‘outsorcing’ por la limpieza de hospitales en el estado.
¿Qué empresa era? He ahí otra pista de la trama de corrupción que llega hasta el actual sexenio. Se trataba de Servicios Integrales de Seguridad, Limpieza y Mantenimiento, S.A., propiedad de Pedro Haces Barba, senador por Morena y líder de la central obrera Confederación Autónoma de Trabajadores y Empleados de México (CATEM) considerada la CTM marrón. Y Murat le consiguió la factura a Duarte por 30 millones por medio de su paisano Castro el intermediario para que Álvarez Puga hiciera negocios en Veracruz. Son las impúdicas historias de megacorruptos.