- ¡4T les recordamos que nos prometieron: no mentir, no robar, no traicionar y nada más no cumplen!
- Polos de desarrollo del Tren Maya destruirán la riqueza, biodiversidad y geomorfología de los territorios: investigadora
CDMX.- Ana Esther Ceceña, Coordinadora del Observatorio Latinoamericano de Geopolítica en el Instituto de Investigaciones Económicas dio a conocer que, ante el Proyecto de desarrollo integral Tren Maya, el gobierno federal propone reordenar las actividades productivas, comerciales, turísticas y de movilidad, en los mil 525 kilómetros en el que correrán las vías.
Ceceña detalló que se proponen generar 18 polos de desarrollo similares, es decir, con procesos de urbanización y generación de actividades económicas en las estaciones que contempla la ruta del tren, con el fin de atraer a la población rural a empleos urbanos, en especial el sector de servicios.
Mencionó que el proyecto comprende la zona de la Península de Yucatán, Tabasco, Campeche y Chiapas donde se encuentran las cuencas petroleras del sur, con el 75.6 por ciento de las reservas probadas de hidrocarburos y el 92 % del total de los petroquímicos básicos producidos en el país, donde están construye la refinería de Dos Bocas.
La coordinadora predijo que, el tren de carga transportará hidrocarburos, minerales y alimentos, en principio para el turismo y promoverlo a gran escala, orientando las actividades económicas a los servicios.
Entre estos servicios está la producción de alimentos con la carne de cerdo que produce el empresario Alfonso Romo en las inmediaciones del anillo de cenotes y el humedal de Homún, reconocido de manera internacional por las especies que contiene y la situación de riesgo que presenta.
Ceceña puntualizó que, lo anterior representa la contaminación y destrucción del gran cenote dentro de la granja porcícola.
No hay en el proyecto propuestas de remediación y regulación en casos como éste, sino que más bien, actividades de este tipo se consideran parte del desarrollo que se quiere promover, enfatizó la coordinadora.
Señaló que, solo en Calakmul prevé que de 40 mil visitas al año que ahora tiene pase a 3 millones, provocando impactos al medio ambiente, a la riqueza arqueológica y las sociedades locales.
Indicó que varios promotores del proyecto señalan que los procesos predatorios ya están presentes en la región y son causados por la pobreza de los pobladores, por ejemplo, los grupos menonitas del Ejido Paraíso en Bacalar, quienes talaron 3 mil hectáreas de selva para sembrar soya, usando agroquímicos.
Agregó que estos afectarán de manera directa a las plantas, pobladores de las cercanías, se filtrarán hacia el Acuífero Yucatán, y ya adulteraron las aguas de la Laguna de Bacalar haciéndole perder en momentos sus singulares colores que lo colocan como única en el mundo.
La coordinadora dijo que la actividad turística de Cancún aporta cada año entre 4 y 10 turistas por persona, y genera una enorme cantidad de desechos no orgánicos, además de verter sus aguas negras en las costas de Quintana Roo, esto ha propiciado una extensión del área turística hacia Tulum y Bacalar induciendo daño en arrecifes, destrucción de humedales y la privatización de las playas.
A tal punto son riesgosos y dañinos estos desarrollos, la carretera que conecta Cancún y Tulum se acaba de hundir porque finalmente su peso venció el soporte de las cavernas o cenotes sobre los cuáles se trazó. ¿Cómo podrán soportar un tren de alta velocidad y peso que multiplicará las vibraciones? (…), cuestionó la coordinadora.
En un enfoque ambiental el tipo de tren propuesto y la ruta que seguiría, provocará un impacto fuerte sin remedio en muchos de los casos, dijo Ceceña.
Incluso la Manifestación de Impacto Ambiental (MIA) que presentó el Fondo Nacional de Fomento al Turismo (FONATUR) afirmó que:
Deberá ponerse especial atención en el momento del diseño final del proyecto en esta zona (del anillo de cenotes de Chicxulub); se recomienda realizar estudios geofísicos exhaustivos en el trazo definitivo, a fin de determinar con precisión la probable existencia de cavernas subterráneas (e indica que) se realicen estudios de geología más detallados, echando mano de todas las herramientas que constituyen un estudio geológico a nivel proyecto ejecutivo
Ceceña enfatizó que, con la construcción de los 18 polos de desarrollo, el impacto se multiplica, solo considerando que los centros urbanos son los mayores emisores de contaminantes.
También, son generadores de basura no degradable y emisiones de dióxido de carbono, según los cálculos, en la actualidad hay 31 megaciudades en el planeta que ocupan “menos del 0.5% de la superficie terrestre”, sin embargo, estas “ciudades son responsables del 70% de las emisiones de gases de efecto invernadero y del 65% del consumo global de energía”.
Ante la catástrofe ecológica que está viviendo el planeta, acentuó que la conservación de un área selvática como la de la Península de Yucatán es imprescindible, pues forma parte del complejo biológico tropical del continente.
Por otro lado, el tránsito de especies en el área alimenta su versatilidad y la capacidad de seguir albergando y generando especies endémicas que amplían la biodiversidad global, pero las vías del tren cortarán el paso y provocarán un recogimiento de especies por los efectos barrera, ruido y vibración.
Aunado a ello, esta el daño que causará el diésel quemado que es el combustible elegido para el funcionamiento de un transporte que se pretende modernizador.
Todo esto en conjunto conforma un sistema ambiental de inmenso valor, pero frágil. No puede ser explotado sin riesgos que, en este caso, son incluso mayores que los de otras regiones por la peculiaridad de su suelo kárstico (calcáreo y poroso) que tiene una alta permeabilidad y deja que pasen rápidamente los contaminantes hasta el Acuífero, pero también quebradizo, agregó la coordinadora.
Visibilizó que el peso de un tren rápido y las urbanizaciones que se planean, puede hacer pedazos algunos tramos, de ahí la recomendación de la MIA sobre el diseño, afectara no solo el ambiente sino las condiciones de vida de las poblaciones rurales o semirurales que serían atraídas a las ciudades, donde podrán aspirar a empleos precarios a costa de ir rompiendo el vínculo con sus economías comunitarias y campesinas.
Recordó que la región del Tren Maya tiene la característica de ser una parte importante del asiento de la civilización maya, sus habitantes son descendientes de los constructores de Tulum, Chichén Itzá, Edzná Calakmul y otros lugares que ahora se anuncian como atractivos turísticos.
Dichos habitantes conviven y se mezclan con las poblaciones que llegaron con la Conquista o la evolución posterior de la zona, pero no han perdido su identidad cultural, un territorio de los mayas por lo menos desde los años 1000 a 800 antes de nuestra era.
Lo anterior es confirmado con el hallazgo del yacimiento arqueológico Aguada Fénix, la construcción más grande del pueblo maya encontrada hasta ahora y que destaca por ser una construcción horizontal, la primera de ese tipo que han encontrado.
Ceceña dijo que según los descubridores, una edificación con esas características revela la organización comunitaria e igualitaria de los habitantes del lugar, un hallazgo valioso en la reconstrucción de una historia que no pudo ser arrasada en la Conquista porque fue enterrada o disimulada por quienes tenían conciencia de los tiempos largos y de la fuerza de su cultura.
Aguada Fénix se encuentra en el camino del tren. Si no estuviera ya descubierta podría ser simplemente arrasada para llevar el desarrollo a esta región del sureste. En el territorio que abarcaría el tren maya con sus polos de desarrollo hay, según datos del INAH, 7 274 puntos con vestigios arqueológicos ya detectados, expuso la coordinadora.
Por último, puntualizó que destruir esa riqueza, la biodiversidad y en especial la geomorfología de estos territorios, sería un atentado imperdonable y por supuesto, irreversible.
Con información de chiapasparalelo.com