LAS MENTADAS
Además de festejar a las madres mexicanas, el pasado 10 de mayo sirvió para cuantificar la impopularidad del presidente Enrique Peña Nieto a veinte meses de iniciado su gobierno. Aunque desde Los Pinos se paguen inserciones en revistas extranjeras como Time o Rolling Stone para promocionarlo como estadista y modernizador, entre los mexicanos crece el repudio hacia el copetón. Las llamadas reformas estructurales no han podido subir su nivel de aceptación, salvo entre los empresarios y los extranjeros que ven con apetito feroz las riquezas nacionales que les serán entregadas.
Prueba de lo anterior fue el tsunami de mensajes y comentarios en las redes sociales por la jornada denominada “La gran mentada nacional” con el hashtag #ChingueAsuMadreEPN. Los usuarios del internet se desbordaron mentándole la progenitora al mexiquense y aprovecharon para reclamarle por la ola de inseguridad que castiga al país, la muerte de periodistas, los desaparecidos, su traición a la patria por vender los yacimientos petrolíferos, su intención por censurar al internet en la reforma a la Ley de Telecomunicaciones y sobre todo, su impreparación académica, el no haber leído ni siquiera tres libros en su vida.
Peña Nieto ya rebasó al panista Felipe Calderón en provocar el hartazgo de los mexicanos y no son pocos los analistas que anticipan que su impopularidad pegará al Partido Revolucionario Institucional (PRI) en los comicios federales del 2015 para renovar la Cámara de Diputados. El repudio al mexiquense se empatará con el rechazo de millones de ciudadanos hacia gobernadores priístas de varias entidades, principalmente las que están azotadas por el crimen organizado, entre ellas Veracruz. En este estado, las casas encuestadoras ubican la popularidad del cordobés Javier Duarte de Ochoa en alrededor de 30 puntos. Es decir, casi las dos terceras partes de los veracruzanos lo reprueban.
Según las mediciones demoscópicas, los principales motivos de repudio hacia Duarte tiene que ver con el incremento de la incidencia delictiva –secuestros, asesinatos, robos y extorsiones-, enlazado con la percepción de que la Secretaría de Seguridad Pública estaría aliada con los criminales y que la Procuraduría de Justicia ofrece impunidad a los mismos. El otro gran tema de enojo popular es el financiero porque hay una percepción de quiebra económica. No hay obra pública importante, las becas, las pensiones a los jubilados, los cheques de los maestros no se pagan a tiempo por la falta de liquidez. Estudiantes, ancianos y profesores tienen que salir cada mes a las calles para exigir los depósitos bancarios.
A la vez, la deuda pública creció como espuma y aunque los funcionarios la ubiquen en 40 mil millones de pesos, la cifra real oscila en los 80 mil millones. Todo lo anterior se adiciona con un tercer motivo que son las acciones y declaraciones intransigentes del cordobés y sus subordinados: apalear a los maestros– y también a periodistas-, encarcelar a tuiteros, criminalizar a las víctimas, burlarse de las desaparecidas, engañar a usuarios de transporte de pasajeros, hacer declaraciones minimizando el contexto de inseguridad , enviar maletas voladoras rellenas con 25 millones de pesos, gritarle a los damnificados por las contingencias climáticas cuando estos piden ayuda, los videos donde sus funcionarios planeaban el fraude electoral del 2013, no castigar a los funcionarios mano larga y un extenso etcétera de agravios.
Los mismos estudios indican que si en este 2014 fueran los comicios por las diputaciones federales, el tricolor tendría un triunfo seguro en solo 5 o 6 de los 21 distritos electorales, el resto sería ganado por la oposición y ahí se repite la tendencia porque las tres cuartas partes del mapa electoral estaría en riesgo de un voto de castigo para el gobernante y su administración. Entonces el pronóstico es que los veracruzanos podrían darle su dosis de “mentadas” en las urnas para el 2015 y ni los recursos públicos ni las estrategias mapachiles alcanzarían a evitarlo.
LA RATONERA
Fue la noche del viernes 2 de mayo en la residencia del abogado Antonio Macías Yazegey, allá en Coatzacoalcos. Según los bien enterados, el llamado Suegro de Sexenio ofreció una cena a Ernesto Cordero Arroyo y Juan Manuel Oliva, candidatos a presidir el Comité Ejecutivo Nacional (CEN) del PAN, y los sentó con su yerno, el gobernante Javier Duarte de Ochoa y el secretario de Gobierno, Erick Lagos Hernández. Es decir, los reunió con la cabeza del duartismo – que es obviamente Duarte- y con el representante de la fidelidad – Lagos Hernández-, o sea el velador de la fuerza oscura que domina este sexenio desde las penumbras.
También estuvo el dirigente estatal con permiso e integrante de esa planilla de la alianza denominada “CorderOliva”, Enrique Cambranis Torres, portavoz de la “Muralla Azul” de la que forman parte Alejandro Vázquez Cuevas, Juan Bueno Torio, Julen Rementería del Puerto, Bernardo Téllez, Tito Delfín y otros tantos. El encuentro fue en el contexto de la gira proselitista que Cordero realizó por la región sur y la zona centro –Córdoba y Jalapa-,y sirvió para apuntalar los cimientos del naciente “PAN rojo” ¿El acuerdo?. Lo obvio, lo que ya había trascendido: el respaldo logístico –escenarios, acarreados, vehículos y espacios de prensa- y monetario para tratar de hacer ganar a Cordero Arroyo en Veracruz.
El enlace designado para ministrar los pagos fue el secretario Erick Lagos Hernández, especialista, desde los tiempos de la fidelidad, en cargar la maleta con dinero para comprar opositores y uno de los que en el 2013 compró a los perredistas para formar el ya famoso “PRD rojo”. El dato es polémico pero no extraña a nadie, ya muchos lo sabían con detalles aunque ahora el senador Fernando Yunes, promotor en la entidad de Gustavo Madero, lo puso en la palestra mediática al retar a Cambranis a un debate público para el próximo viernes, dos días antes de los comicios panistas, con la cena en casa del Suegro del Sexenio como tema incluido.
¿Acudirá ?. Si Cambranis rehúye debatir le dará la razón a Yunes Márquez porque el que calla otorga y si decide presentarse se pondrá bajo la ráfaga de preguntas incómodas sobre asuntos inconfesables. Ahora sí, el panista quedó atrapado en una ratonera. Muy “ad hoc” –apropiado- dirían los que saben de los devaneos de Cambranis con el tricolor, los cuales no son nada nuevo. Los aprendió de su mentor y antecesor, Alejandro Vázquez Cuevas, quien lo condujo a los brazos de la fidelidad cuando era diputado local y después los aplicó a cabalidad cuando se convirtió en su sucesor al frente del Comité Directivo Estatal.
Sus mismos compañeros de partido acusaron a Cambranis, durante los comicios internos del 2008, de volverse un colaborador de la fidelidad a cambio de dos favores importantes –además de los beneficios económicos, claro-: uno fue la liberación de un pariente que purgaba una condena por homicidio en el sur del estado y el otro, el pago de un costoso tratamiento médico para otro familiar muy cercano. Desde entonces todo ha sido miel hacia la fidelidad y ahora hacia el duartismo. Nunca fue más allá de las declaraciones de prensa por los fraudes electorales en la renovación de municipios y en los comicios por la gubernatura en el 2010.
Todos los procesos legales que inició el CDE para impugnar resultados fraudulentos extrañamente se perdieron por estar mal integrados. Es más hubo casos en que se escondieron actas y pruebas de fraude para contribuir al triunfo de los priístas, uno de ellos en Córdoba durante las elecciones del 2010. Las votaciones en el congreso local de los legisladores blanquiazules, especialmente en casos de endeudamiento público, fueron a favor de propuestas de los gobernantes en turno. Cambranis nunca se ha salido de la línea marcada por palacio de gobierno, si acaso ha disimulado con alguna tibia declaración. Es gris pero obediente, y eso sirve a los intereses de todos los confabulados.
LOS ROJI-AMARILLOS
En el mismo tema, en el PRD también se espera la renovación de su dirigencia nacional y también de la estatal. En el altiplano, la corriente denominada “Los Chuchos” que encabezan Jesús Ortega y el actual líder, Jesús Zambrano llevó al partido a la ignominia, convirtiéndolo en un satélite del gobierno federal y comparsa del PRI en la mayor parte de los estados. En Veracruz se tiene el mejor ejemplo de la vendimia política pues la dirigencia estatal fue comprada por el gobierno duartista y la fidelidad para servir al PRI desde los comicios del año pasado.
A nivel local ni siquiera guardaron las formas en compra-venta del partido porque se permitió que los nuevos franquiciatarios colocar como líder estatal a Rodríguez Cortes a pesar de tener un proceso de expulsión por haber traicionado al PRD en las elecciones del 2010, apoyar abiertamente al candidato priísta en esa misma etapa y posteriormente convertirse en funcionario estatal. Todo lo anterior sin considerar que el exalcalde de Ciudad Mendoza terminó fungiendo como operador personal del innombrable y desde que fue impuesto, el sol azteca en Veracruz devino en el “PRD rojo”.
En breve el perredismo local tendrá elecciones internas y aunque Rodríguez Cortes no podrá ser reelecto, ya hay dos prospectos para sustituirlo, decididos por el exgobernante estatal quien ahora es el propietario de facto. Uno es el expanista Julio Saldaña Morán, candidato a la alcaldía de Veracruz en el 2013 y quien hizo bien su trabajo de hacer ganar al priísta Ramón Poo, y el otro es el exdiputado local, Manuel Bernal Rivera, quien regentea la corriente interna denominada Movimiento de Izquierda Veracruzano (Miver), llamado en el último tramo de la fidelidad como “el perredista más fidelista”. Ni a cual irle de los dos, ambos son empleados del gobierno estatal, se han enriquecido negociando asuntos político-electorales y ninguno pasaría una prueba de ética.